conocer
los secretos que
se guardan en el
interior del Templo
Sagrado es otra joya
cuya importancia ya alcanzaba
a vislumbrar el ilustre Antonio Viñayo al describir
el Cáliz de Doña Urraca:
“
Hoy el cáliz de ágata o de doña Urraca es el
símbolo de la Colegiata con su tradición y su carga
eucarística. Es la joya de las grandes solemnidades y
conmemoraciones centenarias, el pregonero del VI
Congreso Eucarístico Nacional que tuvo por sede la
Colegiata y el centinela del Camino de Santiago... ( )
¿Pero qué misterio le envuélve? ¿Qué secreto
guarda?
La tradición de la Casa afirma que el cáliz
perteneció al altar del arzobispo de Sevilla, Isidoro, lo
mismo que asegura que es el ara del Doctor de las
Españas otra piedra rectangular, enchapada en plata
por la reina doña Sancha en el siglo XII..
.”
2
“Con dos piezas de ónix, que se formaron en
una única copa romano-oriental anterior a la Era
cristiana y ya mutiladas y heridas en el siglo XI
–tal afirma el ilustrado Abad, fallecido el 13 de
diciembre de 2012-, lograron los orífices de doña
Urraca, la hija de Fernando I y reina de Zamora,
un caliz primoroso y rico”. Ciertamente, el
misterioso cáliz se engarzó en láminas de metal
noble y se enriqueció con piedras preciosas;
incluso contiene un rostro humano de pasta
vítrea a modo de camafeo y
dispuso de patena, también de oro,
que fue robada en 1112 cuando el rey
Alfonso I de Aragón (El Batallador) perseguía,
con el apoyo de las huestes castellanas, a su
esposa, la leonesa reina doña Urraca –hija de
Alfonso VI-, hasta las inmediaciones de
Portomarín.
Tan enigmático debió resultar, por su labor, por
su riqueza y por su rareza a nuestro querido
Abad que consideraba lícito preguntarse:
“¿por
qué los artífices de doña Urraca utilizaron para
alma de este cáliz, la joya más rica que salió de sus
talleres, un cuenco de piedra desportillado y ya con
antiquísimas heridas y cicatrices ...?
”
3
Por
desgracia no vivió lo suficiente como para
conocer el secreto que hoy se guarda en una
cámara aislada en la Torre del Gallo. Éste fue
desvelado dos años después de su muerte por
Margarita Torres Sevilla y José Miguel Ortega del
Río, cuando, a raíz de un hallazgo insospechado,
les surgió la posibilidad de publicar un libro -que
despertó un enorme interés entre los medios de
comunicación y el público en general, así como
en los eruditos de la Historia del Arte en
particular- donde se anunciaba que la respuesta a
su última pregunta estaba en una serie de hechos
fortuitos:
26
●
Pliegos de Rebotica
´2017
●
Los pintores franceses que realiza-
ron la Última Cena en el Panteón
Real
representaron a Marcial, el cope-
ro, en la parte superior izquier-
da, llevando la copa de ónice a
Cristo para que bendiga el vino.
2 VIÑAYO, A., “
La colegiata de San Isidoro-León
”. Edit. Everest, 1971. pág. 25
3 Ibidem.