No paraba de escribir. De moda, cocina, de
política, sociedad.
En Madrid conoce a Ramón Gómez de la Serna
veinte años más joven que ella. Los que la
criticaron por casarse con un hombre que la
doblaba la edad, volvieron a criticar que se
uniera sentimentalmente con un hombre tan
joven. Como siempre, no hizo ni caso.
Rompedora hasta en esa faceta.Vivieron juntos
durante veinte años.
Sobre la diferencia de edad entre ellos, Ramón
Gómez de la Serna manifestó “Ha habido entre
nosotros una de esas diferencias de edad que
los hombres generosos no tienen en cuenta y
que la lámpara inteligente y bonacible equilibra y
congrega en un círculo feliz”. Ramón la veía
como una mujer delgada y gentil aunque
pareciera salida del pincel de Rubens.
Escribe de manera compulsiva. Novelas, ensayos,
artículos. Era una escritora radical. Libros de
cocina como la Pardo Bazán, novelas como la
célebre
El artículo 438
referido a ese artículo del
código Penal.
La Malcasada
, una historia
autobiográfica de la que extraemos estos párrafos:
“Yo comprendo que es triste que tu marido no te
atienda como tú te mereces y ande por ahí con
querindongas…
…no pudiendo ser dichosa se conformaba con
verse libre de las caricias de su marido. Le
bastaba con poseer el dominio de su cuerpo,
con no verse obligada a cumplir aquella
obligación que las damas devotas llamaban
débito conyugal…”.
Habitó en Madrid en diez casas y en todas ellas
tenía un salón literario recibiendo los domingos
a gente variopinta, pintores, literatos, políticos
como Romanones, actores que triunfaban
aunque estos últimos no fueran de su agrado.
Uno de los escritores habituales de esas
tertulias, Alberto Insúa la describe como una
señora bastante gruesa a la que llamaban
Colombona debido a sus redondeces. Muy
simpática y de pluma muy fértil que lo mismo
escribía un libro de cocina como unas glosas al
Amadis de Gaula. Al parecer, siempre vestía de
oscuro para parecer más delgada.
Su hija tan querida, comienza a darle disgustos.
No quiere estudiar ni trabajar las veinticuatro
horas del día como su madre. Quiere ser actriz,
una profesión que Carmen no ve con buenos
ojos. La niña María Dolores se sale con la suya,
se casa con otro actor y juntos embarcan a
América donde permanecen varios años. Acaban
separándose y ella vuelve a casa de su madre. En
mala hora. Ramón Gómez de la Serna inicia una
relación sentimental con ella. Con la que había
criado como si de su hija se tratase. La relación
solo duró veinticinco días, lo suficiente para que
Carmen se sintiera traicionada y él avergonzado.
Ramón marchó a Argentina de donde volvió
casado con una escritora.
Cuantos mas disgustos, más escribía. Se publica
su libro
Puñal de Claveles
basado en el crimen
ocurrido en 1928 en tierras de Níjar y que
Federico García Lorca tituló
Bodas de Sangre
.
Carmen de Burgos lo publicó en 1931 y Lorca
en 1933. En la novela de ella el final es abierto,
Lorca lo termina con un desenlace trágico.
Los dos autores querían reflejar lo que parecía
un hecho habitual por esos campos yermos, en
el que una novia a pocas horas de contraer
matrimonio fuera raptada por un antiguo amor y
huyeran juntos. La novia auténtica se llamaba
Paca Cañadas alias
la Coja
y la de ficción en
Puñal de Claveles
, Pura.
Escribe novelas y publica además, unas
interesantes entrevistas a actrices de teatro. A
las mejores. María Guerrero, Rosario Pino,
34
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Pliegos de Rebotica
´2017
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Carmen de Burgos, en la
entrevista de ‘La Esfera’ de 1922
Carmen de Burgos, en un acto a favor del divorcio.
Fotografía publicada en ‘El Voto de las mujeres’
Ramón Gómez de la Serna con
quien convivio veinte años.
