Revista Farmacéuticos - Nº 129 - Abril-Junio 2017 - page 36

NUESTROS POETAS
36
Pliegos de Rebotica
´2017
NO TE PUEDO TOCAR SIN POESÍA
No te puedo tocar sin poesía.
Te rozo, y nace un verso corpulento
que se pierde en mi boca, violento,
recitando a tientas tu armonía.
La metáfora fluye en sintonía
señora de mi lengua en movimiento:
tus lunares de miel, son firmamento,
y el eco de tus pies, es melodía.
Tu cuello inocente es el rellano
donde inventar de nuevo el argumento.
Tu piel es la sonrisa del verano
que cambia eternidad por un momento.
Soy pecador asido de tu mano.
Tal vez pida perdón. Más no lo siento.
TU
,
que a mi luz amaneces cada día.
La de los ojos de esfinge
renacida
en un crisol impar.
Tu voz me lleva al vértigo
como un tobogán,
y a la ceguera
como el pozo recóndito
de una gruta marina.
Tienes la estatura del viento
en que viajo.
Mi solsticio y mi equinoccio
descansan entre tus pechos.
Eres ese imán que retiene mi vida
impasible,
como la perla fría
que cuelga de tu cuello.
ME ENAMORA TU VOZ HÚMEDA Y CLARA
Me enamora tu voz húmeda y clara,
transparente y audaz, serena y dulce,
sin rejas, ni temor, ni servidumbre,
tu voz que como el agua, se derrama.
Vibrando en mi cintura y en mi cara
como el agua, me impregna y me recubre.
Como el agua, en oleadas me seduce,
como el agua, tu voz, en mi garganta.
No preciso la luz de tu mirada,
ni notar tu calor, ni tu perfume.
Solo tu voz de amor haciendo bucles,
y enredarme sin fin, hasta la nada.
HE TACHADO TU NOMBRE
He tachado tu nombre
porque no quiero ya besar tus ojos,
ni tocar tus labios,
ni dibujar estrellas en tu pecho,
ni fingirme dormido entre tus brazos,
ni darte uvas doradas,
ni respirar tu aliento
ni desnudarte despacio,
ni contarte cuentos,
ni hacer trenzas con mis manos en tu pelo.
(Pero he tachado tu nombre con una línea fina,
para poder leerlo, todavía...)
SI EL TIEMPO
Si el tiempo
tuviera ojos,
miraría mi deseo de ti
y sonreiría burlón
si tuviera boca.
Rodearía mis hombros y mi pecho
volviéndome eterno
cuando te sueño,
si tuviera brazos.
Pero cuando estás a mi lado
se escapa entre mis dedos y mis labios,
y, -como si tuviera piernas-
corre veloz. Maldito sea.
Si el tiempo
tuviera cuerpo,
mientras nos mece
engañoso,
le mataría.
Aurora Guerra
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