Revista Farmacéuticos - Nº 129 - Abril-Junio 2017 - page 21

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arlos III fue muy singular y muy
distinto a sus ancestros y a sus
descendientes. Era el
tercer varón de los
hijos de Felipe V, y vió
como sus dos hermanos, Luis I, que
murió pronto, y Fernando VI, llegaron
al complicado trono de España
sustituyendo a su loco y desgraciado
padre. Mientras él, Carlos, era el feliz
monarca de Nápoles.
En el Escorial se había firmado el
“borbónico pacto de familia” y para
hacerlo efectivo tenían que expulsar
a los alemanes de Italia.
Carlos sería rey de las dos Sicilias,
pero le faltaba conquistar la
segunda. Tres meses tardó la
pacificación de la isla.
El nuevo rey no tiene experiencia,
pero ahí estaban los generales de su
padre, con el conde de Montemar,
con Veragua y Liria, cerca de Bari,
para vencer a un ejército de nueve
mil alemanes.
La primera victoria militar de su
reinado entusiasmo al joven rey.
El rey de las dos Sicilias cumple
ventiun años.Vaca de Osma lo
describe como le ha llegado a él. Es
pequeño, cinco pies y dos pulgadas,
(un metro y cuarenta y cinco
centímetros) nariz grande, delgado,
amable, de carácter tolerante, se
podría decir que cariñoso, caía bien
a casi todo el mundo, sabia mandar
con un punto de humor y simpatía.
Era un “Borbón” distinto.
Llegan varias propuestas de boda,
pero él se decide por María Amalia
de Sajonia. Fue un matrimonio feliz.
Fiel a su gente, eligió bien a sus
colaboradores. Procuró para
su reino italiano años muy
prósperos. Puso en marcha la
fábrica de Capodimonti,
fomentó la construcción de
albergues para los
necesitados, se construyeron
nuevos puertos y caminos
reales, pero sobretodo los
descubrimientos de Pompeya
y Herculano hicieron felices a
los amantes de tesoros
escondidos.
Mientras, en España Fernando
VI languidece y muere poco a
poco. Es un pobre demente
con delirios y violencia.
Madrid, pobre y cansada,
espera ya a Carlos III con
impaciencia.
La llegada, para los nuevos
reyes, fue desilusionante.
Acostumbrados a las
grandezas del palacio de
Caserta, a la belleza del
paisaje del mar tan azul y tan
cerca, y a la alegría italiana,
que la ciudad incómoda y
sucia que se encuentran, les
descorazona. ¡Y que
destartalado el Buen Retiro,
único lugar disponible como
mansión real!
Tal vez sería entonces
cuando el marqués de
Esquilache, que llegaba en el
séquito del rey, viera clara su
vocación de “Soñador” para
ese pueblo tan lamentable”.
Su mente constructiva se
propuso la modernización
del País. A su lado colaboró
el marqués de La Ensenada.
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Pliegos de Rebotica
2017
Beatriz Aznar Laroque
Carlos III de España
y
VII de las dos Sicilias
Carlos VII de las Dos Sicilias,
futuro Carlos III de España
Carlos como Rey de Nápoles y Sicilia, Rey de
las Dos Sicilias por Giuseppe Bonito, Madrid,
Museo del Prado.
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