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uando se visita por vez primera la ciudad
de Segovia, el turista queda anonadado
por la grandeza y esplendor del
Acueducto Romano en la Plaza del
Azoguejo, y se sorprende de que hoy
siga en pie, piedra sobre piedra (sin argamasa) desde
el siglo II después de Cristo. Si toma la calle
Cervantes en dirección hacia el barrio judío
observará tan sólo con levantar la cabeza o mirar al
frente, algo muy singular: las fachadas de las casas y
edificios por doquier están decoradas con diferentes
motivos geométricos y/o vegetales, diseñados con
simetría y primor, como si de un bordado se tratara.
“
Esgrafiado
” es una técnica decorativa mural de
estucos coloreados superpuestos que permite el
raspado de una capa conforme al diseño de una
plantilla seleccionada, consiguiendo así un efecto de
relieve muy peculiar y efectista. El Diccionario de la
Real Academia de la Lengua Española lo define como:
“hacer labores con el
grafio
sobre una superficie
estofada, que tiene dos capas o colores sobrepuestos,
de manera que, al quitar la capa exterior siguiendo un
dibujo, aparezca el color que está debajo”. Se utilizan
como materiales la cal, agua, y arena de mina sobre
los muros de mampostería o adobe (barro y paja). Las
plantillas son de latón, madera o cartón duro. En
realidad, es un revoque de fachadas con yeserías
cortadas en formas simétricas, según patrón o
plantilla, haciendo grecas o mosaicos que confieren
nobleza y dignidad a unos edificios pobremente
construidos.
Sobre el origen de esta
particular forma
ornamental de
revestimiento de fachadas, los historiadores apuntan a
los etruscos, ya en el siglo IV antes de Cristo. Parece
que se han encontrado vestigios romanos y se
constata que, en algunas ciudades como Florencia,
Padua o Roma, subsisten edificios esgrafiados en
pleno Renacimiento italiano. Sin embargo, en España,
se atribuye a los alarifes mudéjares, musulmanes que
llegaron tras la Reconquista, la implantación de su
estilo nazarí y en realidad, fueron los que dejaron esta
huella en las construcciones de la época.Así,
encontramos muestras puntuales y aisladas en
edificios de Andalucía,Aragón, Castilla La Mancha,
Castilla-León, Cataluña, Levante y Portugal; pero el
ingente patrimonio de casas y edificios nobles en la
Ciudad de Segovia y en los numerosos pueblos de la
provincia hace que la denominación de “esgrafiado
segoviano” se haya hecho genérica. Existe
documentación sobre una sesión en el Ayuntamiento
de Segovia en 1859 en la que se impone el esgrafiado
en las casas de la ciudad para proteger las
construcciones del hielo, ocultar las imperfecciones y
embellecer las fachadas.
En edificios románicos,
como la Iglesia de San
Juan de los Caballeros,
Alcázar de Segovia
Pliegos de Rebotica
2017
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Manuela Plasencia Cano
El esgrafiado
segoviano
