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Panorama Actual del Medicamento
NUEVOS FÁRMACOS
Sin embargo, a pesar de la ausencia de síntomas,
sí se están produciendo lesiones inflamatorias en
el sistema nervioso central. Los brotes son impre-
visibles y pueden aparecer síntomas en cualquier
momento – nuevos o ya conocidos – que pue-
den durar desde algunos días a varias semanas y
luego desaparecen. Entre las recidivas no parece
haber progresión de la enfermedad.
Progresiva secundaria (SP).
El grado de
discapacidad persiste o incluso empeora entre
brotes. Puede aparecer después de una fase
recurrente-remitente y se considera una forma
avanzada de la esclerosis múltiple. Entre un 30%
y un 50% de los pacientes que sufren inicial-
mente la forma recurrente-remitente desarrolla
la forma secundaria progresiva, habitualmente
entre los 35 y los 45 años. Se caracteriza por
una progresión continua con o sin recidivas oca-
sionales, remisiones poco importantes y fases de
estabilidad.
Progresiva primaria (PP).
Afecta al 10% de
todos los pacientes. Se caracteriza por la ausen-
cia de brotes definidos, pero hay un comienzo
lento y un empeoramiento constante de los sín-
tomas sin un periodo intermedio de remisión.
No hay episodios de recidiva ni periodos de re-
misión, sólo fases de estabilidad ocasionales y
mejorías pasajeras poco importantes.
Progresiva recidivante (PR).
Es la forma más
atípica, con progresión desde el comienzo, aun-
que a diferencia de aquellos con la forma progre-
siva primaria (PP), hay brotes agudos claros, con o
sin recuperación completa. Los períodos entre bro-
tes se caracterizan por una progresión continua.
Existe una gran controversia sobre la existencia
real de una quinta forma de esclerosis múltiple,
la
benigna (B)
, que se caracterizaría por tener
tan solo una recidiva inicial y, posiblemente, solo
un brote adicional y una recuperación completa
entre estos episodios, pudiendo transcurrir hasta
20 años hasta que se produzca una segunda re-
cidiva, por lo que el proceso únicamente pro-
gresa de forma limitada. Para algunos especialis-
tas, la forma benigna sería en realidad un cuadro
recurrente-remitente (RR)
sintomáticamente
muy leve y con discapacidad mínima. No obs-
tante, estos pacientes acaban progresando en
su mayoría y experimentan deterioro cognitivo.
Se estima que constituyen aproximadamente el
15% de todos los casos diagnosticados de escle-
rosis múltiple.
La forma sintomática de la enfermedad in-
cluye una amplia variedad de síntomas y signos,
entre los que resultan más frecuentes los men-
tales (apatía, alteración del juicio o inatención,
etc.), los de pares craneales (especialmente ocu-
lares y acústicos), los motores (incremento de los
reflejos tendinosos profundos, la combinación
de espasticidad y ataxia cerebelosa puede llegar
a ser totalmente incapacitante; además, las le-
siones hemisféricas pueden producir hemiplejia),
los sensitivos (parestesias, entumecimiento y em-
botamiento de la sensibilidad) y los autónomos
(urgencia urinaria, dificultad para la micción,
retención urinaria parcial o incontinencia leve,
estreñimiento, etc.).
En general, a los 5 años de la aparición de
los primeros síntomas algo más del 50% de los
pacientes tiene algún tipo de afectación leve, en
otro 40 % hay afectación moderada y en menos
de un 10 % es grave; un 70% de los pacientes
están en condiciones de trabajar habitualmente.
No obstante, a los 15 años solo el 25-30% de
los pacientes continúa con una afectación leve y
un 50% requieren ayuda para caminar. A los 20
años un 35% continúa en condiciones de traba-
jar y un 20% ha muerto como consecuencia de
las complicaciones.
Más del 60% de los pacientes con esclerosis
múltiple evidencia un deterioro de la movilidad,
que aparece en todos los tipos de esclerosis,
incluso en etapas tempranas; en este sentido,
en España, un 42% de los pacientes con una
antigüedad de diagnóstico de
≤
5 años repor-
tan dificultades en la marcha y un 53% pérdida
de equilibrio. De hecho, la mayoría de los pa-
cientes con valores
≥
4 en la escala EDSS
7
tienen
problemas para caminar y dos de cada tres con-
sideran que su vida familiar se ve significativa-
mente afectada por sus problemas de movilidad
(
Arroyo, 2013
).
La esclerosis múltiple produce globalmente
una reducción media de unos 9 años sobre la
duración de vida en los varones y hasta de 14 en
las mujeres. La esperanza de vida es de unos 25
años tras el comienzo de la enfermedad, aun-
que con notables variaciones interindividuales.
En este sentido, la supervivencia depende sobre
todo del grado de incapacidad existen en los pa-
ciente: sólo el 7 % de los enfermos que cami-
nan han fallecido a los 10 años, mientras que
asciende al 49 % para los que apenas se man-
7
Expanded Disability Status Scale;
con valores de discapa-
cidad progresiva de 0 (ausencia de discapacidad) a 10 (disca-
pacidad absoluta).