Panorama Actual del Medicamento (PAM) - Nº 367 - Octubre 2013 - page 21

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Panorama Actual del Medicamento
NUEVOS FÁRMACOS
en los cánceres de mama localmente avanzados
y en aque­llos que midan más de 2 cm o que
tengan adenopatías axilares. Los fármacos más
utilizados son las antraciclinas y los taxanos, en
combinación con otros agentes (ciclofosfamida,
5-fluorouracilo, carboplatino, etc.). La intención
de este tratamiento en los casos de tumores
operables consiste en conseguir la disminución
del tamaño tumoral para practicar una cirugía
conservadora, con preservación de la mama, y
la valoración de la respuesta a la quimioterapia
para posteriores tratamientos; y, en el caso de
los tumores localmente avanzados e inflamato-
rios, no operables de inicio, se busca reducir el
volumen tumoral para poder rea­lizar una cirugía
– que no será ya conservadora –, con márgenes
libres de enfermedad.
Por su parte, la indicación de la
quimioterapia
adyuvante
– la que se administra des­pués de la
cirugía – depende de los facto­res pronósticos
clásicos, que son la edad, el tamaño tumoral,
la afectación ganglionar axilar, el grado de di­
ferenciación celular (grado histológico) y los re-
ceptores hormonales presentes. Actualmente se
dispo­ne de test bioquímicos que permiten valo-
rar el grado de agresividad el tumor, basándose
no sólo en factores clásicos como el grado de
diferenciación o el tamaño, sino también en la
presencia o no de varios genes con capacidad
de inducir metástasis. Con la determinación
del perfil genético, se puede definir mejor la
probabili­dad de recidiva a distancia y pautar un
tratamiento más personalizado (en pacientes de
bajo riesgo, hormono­terapia y, en los de alto
riesgo, quimioterapia).
La quimioterapia utilizada depende del riesgo
de recaída, pero en un 80% se utilizan taxanos
y antraciclinas, evitando los taxanos en aquellos
casos con tumores menores de 2 cm (grado I),
sin afectación ganglionar y posme­nopáusicas, ya
que su utilización no ha demostrado mejoría en
la supervivencia libre de progresión tumoral. Un
metaanálisis (
Bria, 2006)
englobando estudios
en los que se emplearon esquemas de quimiote-
rapia como el clásico CMF (ciclofosfamida, me-
totrexato y 5-fluorouracilo) y esquemas basados
en antraciclinas, como FAC (5-fluorouracilo,
doxorubicina y ciclofosfami­da) o FEC (5-fluo-
rouracilo, epirubicina y ciclofosfami­da), pero sin
incluir los taxanos ni el trastuzumab, demostró
que la quimioterapia adyuvante de 6 meses
de duración con esquemas basados en antra­
ciclinas, como FEC y FAC, reduce el riesgo anual
de muerte por cáncer de mama en un 38%
en las mujeres menores de 50 años y en casi
el 20% en mujeres con edades comprendidas
entre los 50 y 69 años, con in­dependencia del
uso de tamoxifeno, el estado de los receptores
hormonales, la afectación de los ganglios axila-
res u otras características del tumor. Además,
este metaanálisis demostró que los esquemas
con antraci­clinas disminuyen significativamente
tanto la probabi­lidad de recidiva como el riesgo
de muerte por cáncer, cuando se comparan con
el esquema clásico de CMF.
Los pacientes que presentan metásta-
sis ganglio­nares regionales (axilares) tienen
un mayor riesgo de recidiva, sobre todo si
hay afectación de 4 o más gan­glios. En estos
casos, la asociación de los taxanos (do­cetaxel
o paclitaxel), generalmente, a los esquemas
de quimioterapia con antraciclinas mejora cla-
ramente la supervivencia libre de enfermedad
y la superviven­cia global. En las pacientes con
tumores que sobreexpresan la proteína
Her-2
,
se debe asociar al tratamiento el anticuerpo
monoclonal específico frente el receptor
Her-2
:
trastuzumab. La asociación de éste con la qui-
mioterapia adyuvante reduce alrededor de un
50% el riesgo de recaída en pacientes operadas
de cáncer.
El cáncer de mama metastásico de inicio se
observa en un 10% de los casos. En el segui-
miento de las pa­cientes diagnosticadas previa-
mente de enfermedad local, se observa metás-
tasis en el 50%. Los objetivos del tratamiento
paliativo del cáncer metastásico son lograr un
alivio sintomático y proporcionar una aten­ción
emocional, social y espiritual para el enfermo y
la familia, utilizando un tratamiento oncoespe-
cífico (qui­mioterapia, hormonoterapia, radiote-
rapia) que haya demostrado, en un análisis de
riesgo-costo-beneficio previo, la conveniencia
de su utilización.
La quimioterapia antitumoral ha mostrado
benefi­cio en el incremento de la supervivencia
y de la calidad de vida en las pacientes con cán-
cer de mama, pero no siempre está indicada. La
elección de la quimioterapia en cada paciente
depende varios factores: si recibieron quimio-
terapia adyuvante y la recaída tiene lugar en
menos de 1 año, no se vuelve a utilizar el ré-
gimen empleado en la adyu­vancia; si la locali-
zación es crítica y la carga tumoral im­portante,
se necesitan esquemas rápidamente activos y
generalmente más tóxicos; la edad y la comor-
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