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Panorama Actual del Medicamento
REVISIÓN
zolpidem
. Asimismo, algún estudio clínico no con-
trolado ha encontrado una respuesta favorable al
modafinilo
en el tratamiento de la fatiga en estos
pacientes.
Trombosis venosa profunda
Los pacientes con ELA presentan un mayor riesgo
de padecer trombosis venosa profunda, con una
incidencia anual de al menos un 2,7% (
Qureshi,
2007
), que debe ser tratada mediante el empleo de
anticoagulantes; sin embargo, hasta el momento no
se dispone de pruebas que avalen el empleo preven-
tivo de estos fármacos. Está recomendada la prác-
tica habitual de fisioterapia.
Otras complicaciones asociadas
Aunque la ELA no afecta a la inervación intesti-
nal, la inmovilidad y el tratamiento farmacológico
de otros síntomas (opiáceos, atropina, amitriptilina,
etc.) pueden causar
estreñimiento
. Por ello, están
indicadas medidas dietéticas tales como aumentar la
ingesta de líquidos y en fibra; además, en las fases
más avanzadas puede requerirse el de laxantes es-
timulantes del peristaltismo (senósidos, bisacodilo),
osmóticos (lactulosa, lactitol) o de acción local (su-
positorios de glicerina, enemas, etc.).
Asimismo, puede aparecer cuadros de
reflujo
gastroesof
á
gico
por afectación diafragmática a
nivel del esfínter esofágico inferior. Además de las
molestias propias de este cuadro, puede provocar
disnea nocturna o dar lugar a una aspiración pulmo-
nar del contenido gástrico, especialmente peligrosa.
El tratamiento incluye medidas posturales, fármacos
procinéticos (metoclopramida, etc.) y antisecretores
gástricos (omeprazol, etc.).
Finalmente, el
laringoespasmo
– cierre brusco
de las cuerdas vocales – puede provocar una sensa-
ción de pánico en el paciente por la imposibilidad de
respirar, que suele ir seguida de estridor, es decir, un
sonido agudo y anormal. Se trata de un signo que
aparece en fase temprana en el 2% de los pacien-
tes con ELA, pero que puede llegar al 20% en los
estadios finales. Afortunadamente, se resuelve en
pocos segundos y de forma espontánea en la gran
mayoría de los casos. En ocasiones, la causa es un
reflujo gastroesofágico, por lo que el tratamiento de
éste reduce su incidencia. También se han utilizado
benzodiazepinas en esta indicación.
El papel del farmacéutico
Aspectos generales
La esclerosis lateral amiotrófica y, en general,
todas las patologías neurológicas degenerativas
tienen una extraordinaria importancia clínica y un
enorme impacto socioeconómico, que desborda
los datos meramente estadísticos, dadas las impli-
caciones personales y sociales que tienen. Por este
motivo, el papel del farmacéutico como agente de
salud tiene el múltiple cometido de participar co-
laborando activamente tanto en la detección pre-
coz como en el proceso terapéutico del paciente,
así como en la atención necesaria que los pacientes
y sus cuidadores requieren. Este último aspecto es
especialmente relevante, habida cuenta del elevado
grado de dependencia que tienen los pacientes, que
no se limita a las fases más avanzadas de la enfer-
medad. Al desgaste físico que impone la atención
más inmediata, junto con el tiempo dedicado a ésta,
los cuidadores suelen experimentar otro desgaste
aún más demoledor: el emocional, que en el caso
de la ELA puede llegar a ser especialmente grave.
La proximidad y accesibilidad del farmacéutico y
la oficina de farmacia para el ciudadano facilita el
ejercicio activo de una labor asistencial de gran ca-
lado, aunque en muchas ocasiones difícil de medir
o evidenciar. Todo ello sin olvidar la prestación espe-
cífica de dispensación, asesoramiento y seguimiento
farmacoterapéutico especializado, amén de otras
cuestiones no menos relevantes, como aspectos
nutricionales, higiénicos, dispositivos y ayudas téc-
nicas, etc.
Detección precoz
La colaboración en la detección precoz de los cua-
dros de ELA es fundamental, en la medida en que
un diagnóstico temprano puede afectar de forma
decisiva a su tratamiento y evolución. Por ello, es im-
portante que el farmacéutico, en el ámbito de la ofi-
cina de farmacia, pueda detectar algún indicio que
pudieran presentar algunas personas y, en su caso,
recomendar la visita al médico a fin de confirmar o
desechar cualquier sospecha inicial. Obviamente, el
estudio específico y diagnóstico del paciente candi-
dato a padecer a una ELA está reservado al médico
especialista, específicamente el neurólogo. En este
sentido, la labor del farmacéutico puede ayudar a
detectar y encauzar precozmente hacia el médico
algunos casos que, de otra manera, podrían acudir