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Panorama Actual del Medicamento
REVISIÓN
En España hay pocos casos publicados. Es difícil
conocer su prevalencia real, puesto que la mayoría
de los pacientes son heterocigotos y están asinto-
máticos. Su transmisión es autosómica dominante
con un alto grado de heterogeneidad genética y
más del 90% de los portadores permanecen asin-
tomáticos a lo largo de su vida.
La PAI se caracteriza por el déficit parcial de la
enzima PBG desaminasa, la tercera enzima en la
biosíntesis del hemo.
Factores precipitantes:
Los heterocigóticos asintomáticos, que consti-
tuyen el 90% de los sujetos con una deficiencia
de la PBG-deaminasa, en ocasiones no llegar a
tener elevados los precursores de la porfirina. Sin
embargo, puede precipitarse un ataque agudo
debido a influencias ambientales, factores endó-
genos o exógenos. La mayoría de ellos se asocian
a un incremento en la actividad de la ALA deshi-
drasa (ALAS-N) en el hígado, la cual es la enzima li-
mitante en la biosíntesis del hemo en este órgano.
• Factores endocrinos: La enfermedad es más
común en mujeres, especialmente durante el
período premenstrual. Los estrógenos sinté-
ticos y progestágenos son conocidos como
inductores de porfirina.
• Aporte calórico: Una dieta inadecuada como
por ejemplo una dieta pobre en calorías con
el fin de perder peso, puede inducir a la
hemo oxigenasa hepática con el consiguiente
descenso de concentraciones hepáticas del
hemo, iniciándose un ataque agudo.
• Drogas y medicamentos: Muchos medica-
mentos, como los barbitúricos y ciertos es-
teroides, tienen la capacidad de inducir al
citocromo P450, aumentando la demanda
de síntesis del hemo y la actividad de la
ALAS-N. Otras drogas de consumo como
la marihuana, cocaína, éxtasis y anfetaminas
pueden ser factor desencadenante de un
ataque agudo.
• Estrés: Todas las formas de estrés, incluyendo
las enfermedades intercurrentes, las infec-
ciones, la cirugía y el exceso de alcohol pue-
den condicionar un aumento en la frecuencia
de los ataques.
• Tabaco: Los componentes químicos del ta-
baco como los hidrocarburos policíclicos aro-
máticos son inductores del citocromo P450 y
de la síntesis del hemo.
Aproximación clínica
La PAI es una forma severa y debilitante de
porfiria hepática aguda. Se manifiesta casi inva-
riablemente después de la pubertad, siendo más
común en el sexo femenino (de 4 a 5 veces más
frecuente). Se necesita un elevado índice de sos-
pecha, ya que los síntomas son muy inespecí-
ficos y suelen aparecer después de la pubertad.
Aproximadamente menos de uno de cada cuatro
pacientes que transportan los genes desarrollan el
síndrome clínico.
El dolor abdominal es el síntoma más común y
es a menudo el signo inicial de un ataque de porfi-
ria. Otras manifestaciones gastrointestinales inclu-
yen nauseas, vómitos, estreñimiento o diarrea, dis-
tensión abdominal e íleo. Son también frecuentes
la disuria, la retención urinaria y la incontinencia,
así como la taquicardia, la hipertensión, y menos
frecuentemente la fiebre, la sudoración, la agita-
ción, el insomnio y el temblor.
Otra manifestación frecuente es la aparición de
neuropatía periférica. La afectación del sistema
nervioso periférico se manifiesta como una poli-
neuropatía proximal de predominio motor y, con el
tiempo, los pacientes pueden presentar una afec-
tación distal sensitivo-motora (axonal y desmieli-
nizante proximal y distal en el electromiograma).
La debilidad muscular a menudo comienza en las
porciones proximales de las piernas, pero también
pueden verse afectados los miembros superiores y
las regiones distales. La neuropatía motora puede
de hecho afectar a los nervios craneales o condu-
cir a una parálisis bulbar, insuficiencia respiratoria
y muerte. También puede darse una neuropatía
sensitiva.
En los ataques agudos, en ocasiones se pre-
senta una hiponatremia secundaria a los vómitos,
deshidratación, nefrotoxicidad, o a la aparición de
un síndrome de secreción inadecuada de hormona
antidiurética (SIADH).
El curso de un ataque agudo es muy variable,
puede durar horas, con una recuperación más rá-
pida del dolor abdominal que de la paresia hasta
complicarse durante meses.
En ocasiones, las porfirias agudas se presentan
únicamente con clínica psiquiátrica, como ansie-
dad, depresión e, incluso, agitación, delirio, aluci-
naciones y convulsiones. Algunos pacientes desa-
rrollan una psicosis similar a la esquizofrenia.
Por otro lado, las mutaciones que se dan en la
PAI pueden asociarse a un incremento en el riesgo
de desarrollar un carcinoma hepatocelular.