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Panorama Actual del Medicamento
REVISIÓN
cambios en el perfil lipídico o hipertensión de re-
bote tras la suspensión brusca del tratamiento. Los
efectos de los ARAII son de desarrollo más lento
que los de los IECA, por lo que dan lugar más ra-
ramente a fenómenos de hipotensión.
En España están comercializados candesartán,
irbesartán, eprosartán, losartán, olmesartán, tel-
misartán y valsartán.
Calcioantagonistas (CA, bloqueantes
de los canales lentos del calcio)
El término
calcioantagonista
no es correcto
en términos estrictamente farmacológicos, ya
que en realidad estos fármacos no antagonizan
directamente el calcio. Se trata de agentes que
bloquean determinados canales intermembrana-
les de calcio, motivo por el que se les denomina
también
bloqueantes de los canales del calcio
.
No obstante, dado el término calcioantagonista
es empleado con profusión hemos preferido
hacer uso del mismo.
Dihidropiridinas (DHP)
Se trata de un amplio grupo de fármacos con
acción antihipertensiva y antiangionsa. El término
dihidropiridina
hace alusión al núcleo básico de
estos fármacos. Actúan bloqueando los canales
lentos del calcio voltaje-dependientes de tipo L,
mostrando una especial afinidad por los canales
presentes en músculo liso vascular. Dicho bloqueo
conduce a una intensa vasodilatación arteriolar al
disminuir los niveles intracitoplasmáticos de cal-
cio. Al contrario que otros bloqueantes de calcio
como verapamilo o diltiazem, las dihidropiridinas
apenas presentan efectos depresores sobre la con-
ducción cardíaca y, de hecho, suele dar lugar a
cierta taquicardia refleja. Su acción antihiperten-
siva es debida fundamentalmente a la vasodilata-
ción, que ocasiona una reducción de la resistencia
periférica y de la presión arterial. Las diferencias
entre las dihidropiridinas disponibles se relacionan
con aspectos físico-químicos, fundamentalmente
la liposolubilidad, que determina la distribución
del fármaco por el organismo y su permanencia
en éste. Estas diferencias, sin embargo, pueden
tener importantes repercusiones clínicas. Así, por
ejemplo, amlodipino tiene unos efectos más lentos
y prolongados que la mayor parte de las dihidropi-
ridinas, por lo que la reducción de la presión arte-
rial puede tardar unas 10 h en hacerse manifiesta,
pero el efecto hipotensor se mantiene hasta 24
h, con mínimo riesgo de hipotensión ortostática.
Su acción antianginosa deriva también de la va-
sodilatación, que disminuye la resistencia perifé-
rica y la postcarga, reduciendo el trabajo cardiaco
y la demanda de oxígeno. Además, ocasiona un
aumento del flujo sanguíneo al área isquémica a
través de la circulación colateral, especialmente en
pacientes con espasmos de coronarias, como la
angina de Prinzmetal. La administración a pacien-
tes con angina mejora la sintomatología (aumento
del tiempo total de ejercicio, del tiempo hasta la
aparición de la angina y del tiempo hasta que se
produce una depresión de 1 mm del segmento ST
del electrocardiograma). En ensayos clínicos varias
dihidropiridinas han demostrado que son capaces
de reducir tanto la frecuencia de los ataques de
angina como el consumo de nitroglicerina.
En España están comercializados amlodipino,
barnidipino, felodipino, lacidipino, lercanidipino,
manidipino, nicardipino, nifedipino, nimodipino,
nisoldipino, nitrendipino
Otros calcioantagonistas (diltiazem, verapamilo)
Bloquean también los canales lentos del calcio
y, por ello, tienen acciones parecidas a las desa-
rrolladas por las dihidropiridinas, aunque sus efec-
tos no son superponibles. En cualquier caso, los
efectos antihipertensivos y antianginosos también
derivan fundamentalmente de su efecto vasodila-
tador primario.
El
verapamilo
actúa sobre la circulación coro-
naria provocando una dilatación generalizada, lo
que determina un incremento del flujo sanguíneo
y por consiguiente de la oxigenación miocárdica,
de donde deriva su uso como antianginoso. La ac-
ción preferente del verapamilo sobre el músculo
cardiaco disminuye la contractibilidad e inhibe y
retrasa de forma sustancial la conductividad car-
diaca, lo que constituye el fundamento de su acti-
vidad antiarrítmica. Deprime los nódulos sinoauri-
cular y auriculoventricular, y aunque normalmente
no altera la frecuencia cardíaca, puede provocar
bradicardia; la disminución de la contractilidad
miocárdica (efecto inotrópico negativo) se com-
pensa mediante una reducción de la postcarga.
Como en el resto de los calcioantagonistas, su
acción antihipertensiva se debe a la inhibición del
proceso contráctil de la musculatura lisa vascular,
lo que se traduce en una vasodilatación arterio-
lar con una reducción de la resistencia periférica
(postcarga). Debido a sus efectos inotrópicos