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Panorama Actual del Medicamento
REVISIÓN
ron analizados en un estudio transversal en cinco
centros de atención primaria en Cataluña (
Sicras,
2009
), con el fin de hacer una estimación del uso
de los recursos sanitarios y los costes incurridos
por los pacientes hipertensos, en función de la
presencia o ausencia de patología cardiovascular,
considerando las consultas de atención primaria,
las derivaciones a atención especializada, las prue-
bas complementarias de soporte y la prestación
farmacéutica.
El coste total en atención primaria por paciente
fue de 457,90
€
en aquellos sin hipertensión y de
1.171,80
€
en los hipertensos; entre estos últimos,
el coste medio por paciente fue de 1.048,88
€
en
aquellos sin patología cardiovascular asociada y de
1.757,09
€
con dicha patología. Tanto la utiliza-
ción de recursos asistenciales en Atención Primaria
como el coste medio total fueron aumentando a
medida que lo hacía la edad del paciente hiper-
tenso. Adicionalmente, el 78,9% de los hiperten-
sos recibieron tratamiento farmacológico, siendo
éste principalmente en monoterapia (54,1 vs 30,4
%). En definitiva, parece que los pacientes hiper-
tensos presentan un elevado consumo de recursos
sanitarios en comparación a los utilizados por la
población general. Asimismo, se observa que el
coste medio por paciente es superior en aquellos
hipertensos que presentan patología cardiovascu-
lar que entre quienes no la presentan. Finalmente,
la utilización de recursos sanitarios en los hiperten-
sos aumenta con la edad. Sin embargo, el grado
de control óptimo de la hipertensión, queda lejos
de ser mayoritario en este tipo de pacientes, como
ya vimos anteriormente.
La asociación simultánea de varios de los fac-
tores de riesgo cardiometabólicos da origen al
denominado
síndrome metabólico
, que descri-
biremos con detalle en un epígrafe posterior. En
cualquier caso, una característica de éste consiste
en que el riesgo cardiovascular real es superior
al estimado a través de la cuantificación por los
cada uno de los factores de riesgo considerados
independientemente. En el caso de los pacientes
hipertensos, la existencia del síndrome metabó-
lico es importante habiéndose estimado en una
proporción entre el 20 y el 40 por ciento de esta
subpoblación.
Hace tres años se llevó a cabo un estudio (
Wille,
2010
) diseñado para modelar la carga económica
para el sistema de salud del síndrome metabólico
en pacientes hipertensos en España para el año
2008, así como una previsión para 2020, conside-
rando el coste farmacológico de la hipertensión, las
consultas médicas para su manejo y el tratamiento
de los eventos cardiovasculares potenciales (infarto
agudo de miocardio, angina inestable, insuficiencia
cardiaca congestiva, accidente cerebrovascular y
muerte) así como el de la diabetes tipo 2.
Los resultados mostraron que en España el
22% de los hipertensos presentaban síndrome
metabólico concomitante. Además, las previsiones
para 2020 son de crecimientos importantes (hasta
el 45 por ciento en nuestro país), previéndose que
casi una cuarta parte de la población española
presentaría hipertensión más síndrome metabólco
en 2020. Por este motivo, el coste total, que en Es-
paña se estimó en más de 4.500 millones de euros
en 2008, ascendería hasta algo más de los 8.000
en 2020, y ello debido principalmente al coste del
manejo de la diabetes tipo 2, seguido del manejo
de los eventos cardiovasculares. De estos datos
se deduce que el coste medio anual por paciente
en España fue 2,4 veces superior con presencia
de síndrome metabólico en pacientes hipertensos
respecto de cuando no se halla asociado (643 vs.
263
€
), en 2008. A precios constantes (sin tener
en cuenta la inflación), estos valores serán de 677
vs. 263
€
en 2020, según la extrapolación.
Importancia de la variabilidad
de la hipertensión
Antes hemos mencionado que los valores de
la presión arterial no se mantienen constantes, ni
siquiera en las personas formalmente considera-
das como
normotensas
. Dicha variabilidad es, sin
duda, un fenómeno complejo que no solo incluye
las variaciones adaptativas a las condiciones fisio-
lógicas de cada momento, sino también, fluctua-
ciones estacionales y variabilidad a largo plazo.
Uno de los éxitos alcanzados por la
Monitoriza-
ción Ambulatoria de la Presión Arterial (MAPA)
es
poder estudiar este fenómeno de la
variabilidad
y, en su caso, la relación entre ella y la afecta-
ción de órganos diana o el incremento del riesgo
de eventos cardiovasculares. En este sentido, un
análisis (
Rothwell, 2010
) de estudios basados en
la variabilidad a largo plazo de la presión arterial,
observó que tal variabilidad visita a visita y la PAS
máxima alcanzada fueron fuertes predictores de la
aparición de ictus, y que la variabilidad residual de
la PAS se asoció a un incremento del riesgo. Estos
hallazgos apoyarían la hipótesis de que la variabili-
dad residual de la PAS comporta un mayor riesgo
vascular y de que la hipertensión arterial estable
tiene un mejor pronóstico que la episódica.