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Panorama Actual del Medicamento
NUEVOS FÁRMACOS
enzima inducible
oxigenasa 1 hemínica
(HO-1),
y convierte hem y hemina en biliverdina con la
formación de monóxido de carbono (CO). La
biliverdina se convierte, mediante la
bilirrubina
reductasa
, en bilirrubina, un antioxidante poten-
cial. La HO-1 se expresa ampliamente en las vías
respiratorias, y aumenta la producción de CO
en EPOC. En el pulmón se expresan los antioxi-
dantes intracelulares en niveles relativamente
bajos, y no se inducen por el estrés oxidativo,
mientras que los antioxidantes mayores son ex-
tracelulares.
Los antioxidantes extracelulares, especial-
mente
glutatión peroxidasa
, se regulan sobre
todo al alza, en respuesta al humo del tabaco
y al estrés oxidativo. El sistema de glutatión es
el mecanismo antioxidante principal de las vías
respiratorias. Existe una elevada concentración
de glutatión reducido en el líquido epitelial pul-
monar, y en fumadores aumentan las concen-
traciones.
Con el paso del tiempo las defensas antioxi-
dantes son insuficientes para contrarrestar las
especies de oxígeno producidas, y se instaura
el estrés oxidativo, el cual actúa como estímulo
proinflamatorio que genera la migración de
neutrófilos, la producción de citocinas, la oxida-
ción de los lípidos y la inactivación de las
anti-
proteasas
. En suma, se instaura una inflamación
aguda, que lentamente induce un círculo vicioso
que conduce a la inflamación crónica con hi-
pertrofia/hiperplasia de músculo liso, acúmulo
de neutrófilos, macrófagos y linfocitos T (espe-
cialmente CD8+), fibrosis de la pared de las vías
aéreas, y destrucción de tabiques alveolares (en-
fisema centrolobulillar).
Asimismo, el proceso inflamatorio instaurado
por el humo del tabaco puede afectar también al
territorio vascular, desarrollándose hipertensión
pulmonar. En estadios avanzados de la EPOC se
puede producir
cor pulmonale
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crónico. Final-
mente, cada vez se concede mayor importan-
cia a la repercusión sistémica de la EPOC, que
en consecuencia no debería considerarse como
una enfermedad exclusivamente pulmonar, con
aparición en la sangre de marcadores de infla-
mación (como factor de necrosis tumoral
α
,
reactantes de fase aguda como proteína C reac-
tiva, marcadores de activación de neutrófilos
3
Insuficiencia del lado derecho del corazón causada por
una presión arterial alta prolongada en la arteria pulmonar y
en el ventrículo derecho del corazón, a consecuencia de la hi-
pertensión pulmonar.
y linfocitos y de estrés oxidativo), alteraciones
nutricionales, disfunción muscular esquelética y
pérdida progresiva de peso corporal, que limitan
el ejercicio físico y ensombrecen el pronóstico
vital de esta patología.
La evidencia epidemiológica indica que los
pacientes con EPOC son más sensibles que las
personas sanas a los efectos de la polución at-
mosférica. Su papel en la etiología de la EPOC
no está del todo clarificada, pero sí está ligada a
un aumento de los síntomas respiratorios y hos-
pitalizaciones por enfermedades respiratorias.
El monóxido de carbono, los óxidos de sulfuro,
partículas, el ozono y el dióxido de nitrógeno
son contaminantes potenciales que pueden pro-
ducir problemas respiratorios.
La polución interior causada por ventilación
inadecuada cuando se queman combustibles só-
lidos para cocinar o calefacción puede contribuir
al desarrollo de EPOC. El aumento de los niveles
de dióxido de nitrógeno interior, como la hume-
dad de las viviendas, se asocia también con sín-
tomas respiratorios. En general, los procesos de
combustión industrial y los motores de automó-
vil, especialmente los diesel, producen partículas
ambientales de pequeño tamaño (menos de 10
μm de diámetro), denominadas PM10. Valores
elevados de estas partículas pueden aumentar
los síntomas de EPOC, deteriorar la función
pulmonar, motivar el ingreso hospitalario y au-
mentar la mortalidad. Estas alteraciones parecen
deberse a la capacidad de estas partículas para
producir estrés oxidativo y lesión inflamatoria.
Es probable que algunos factores laborales
jueguen un papel en el desarrollo de la enfer-
medad, aunque su influencia es mucho menor
que el tabaco. El cadmio y los minerales pue-
den producir EPOC y dar lugar a un enfisema.
Las personas con silicosis y, en menor grado,
las expuestas al polvo de sílice tienen una inci-
dencia de bronquitis crónica y enfisema superior
a la población normal. Este riesgo se relaciona
con el grado de silicosis y la intensidad de la
exposición. Además, todas estas exposiciones se
potencian con el tabaco, siendo el cambio pato-
lógico más llamativo la enfermedad de las vías
aéreas pequeñas. Los trabajadores de fábricas
que inhalan polvos y gases industriales refieren
más problemas respiratorios y tienen una fun-
ción pulmonar disminuida en comparación con
personas no expuestas.
Las infecciones respiratorias son considera-
das, tanto en niños como en adultos, factores