Colección
PHARMA-KI
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Pliegos de Rebotica
´2016
C
uando el pasado 16 de
febrero José Vélez,
coordinador de la colección
Pharma-Ki, abrió el acto de
presentación del último
libro editado por AEFLA en el Ateneo,
nadie imaginaba en el auditorio que uno
de los protagonistas de la noche iba a
ser Samuel Langhome Clemens, mucho
más conocido como Mark Twain y uno
de los padres reconocidos del
periodismo moderno.
Vélez, con un gracioso cuento titulado
Cómo llegué a director de un diario de
agricultura
y escrito por el citado Twain,
quiso llamar la atención sobre los
fundamentos comerciales que
permitieron generar el incremento de
ventas de periódicos y que fueron
conformando la prensa del siglo XIX, en
los albores de lo que hoy conocemos y
consumimos.
Por y para eso nació el
Periodismo de
confitería
, la moderna prensa rosa o del
corazón que ha permitido a nuestra
habitual colaboradora Marisol Donis
narrar y estudiar toda una semblanza de
la sociedad del siglo XIX en la vida
aristocrática española y sus aledaños de
la realeza y la alta burguesía.
Margarita Arroyo, Enrique Granda y Raúl
Guerra, todos ellos integrantes de la
actual junta directiva de AEFLA, fueron
desgranando con habilidad algunos
detalles de la autora y de esta obra que
se aleja un poco de la especialidad
criminalística de Marisol Donis.
Finalmente y tras la presentación de
Daniel Pacheco, portavoz del Ateneo,
Marisol Donis
expuso cómo había
llegado a
documentarse para
acceder a esta
información que
apenas ocupaba unas
líneas en los
primeros tabloides y
que, poco a poco y
venciendo el desdén
de los propios
compañeros, había
ido situándose en las mejores columnas
de los principales diarios de la época.
Asimismo, enfatizó en su rápido repaso
de alguno de los capítulos, el papel
desempeñado por determinadas damas
de alta alcurnia dedicadas a todo tipo de
iniciativas políticas, artísticas, sociales o
simplemente casamenteras en sus
cuidadas y agotadoras recepciones, la
complicidad con los mejores cronistas y
hasta los remedos de conspiraciones que
podían llegar a prepararse en estos
multitudinarios salones.
Eugenia de Montijo, la duquesa de Alba,
Emilia Pardo Bazán y tantas otras
adelantadas a su tiempo que
intervinieron en unas actividades para las
que no estaban destinadas, pero en las
que participaron con ese protagonismo
añadido otorgado por su relación con
periodistas como Becquer, Kasaval,
Montecristo o incluso el padre Coloma.
Una excelente sesión desarrollada en la
vetusta Casa para presentar el
inmejorable trabajo de una de las
autoras farmacéuticas más consolidadas
en este primer cuarto del siglo XXI.
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Periodismo del bueno
en el Ateneo de Madrid
