Revista Farmacéuticos - Nº 124 - Enero/Marzo 2016 - page 19

nal con esos “complementos” que nos permitan escribir.
Siempre “nos queda la palabra”, que dijo el poeta.
–Hay escritores que necesitan un ambiente es-
pecial, escuchar música, estar en el mar o el
campo. ¿Necesitas algún ambiente especial pa-
ra escribir?
Al brotar mi escritura de un estado de serenidad es ob-
vio que hay ámbitos que la favorecen. Desde luego, la na-
turaleza es el primero de ellos; es además uno de los te-
mas centrales de mi obra. El mar nos da en efecto una
gran sensación de libertad, nos abre el ánimo y nos lim-
pia (como la respiración) la cabeza de pesares y dificulta-
des. Otras formas del arte, como la música o la pintura,
son también primordiales en mi poética. No hay que ol-
vidar que además de la música como tema (aquí el re-
cuerdo para mi largo poema de homenaje a Bach,“La tum-
ba negra”), existe la música del verso, el sentido órfico de
la poesía, el ritmo, que para mí es la condición primera
del poetizar. No hay poema sin ritmo, pues de lo contra-
rio estaríamos pensando en prosa cuidadosamente cor-
tada en trozos.
–Naciste y viviste en un entorno clásico y en
un tiempo que imperaba la costumbre de bus-
car una forma estable de hacerse un futuro,
ante esta decisión tuya tu familia te animó o
trató de "hacerte entrar en razón"?
Trató de “hacerme entrar en razón”. También lo explico
en mis Memorias. Para complicar la situación, por haber
hecho mi bachillerato de Ciencias, me vi obligado a se-
guir cursando estudios técnicos. Pero, por otro lado, no
estoy arrepentido de ello, pues esta visión científica, ra-
cional de la realidad, me permitió no “literaturizar” mi vi-
da. Supongo que algo parecido te habrá sucedido a ti, que
como yo, concebimos al cuerpo humano como un micro-
cosmo del macrocosmo, como una preciosa Unidad. Pe-
ro ya te digo que regresé de Córdoba a mis 18 años con
el dulce “veneno” de la poesía dentro. Mi inmersión lue-
go en el mundo literario de Madrid, magisterios como el
de Vicente Aleixandre, la Beca de Creación de la Funda-
ción March, por la que nos fuimos a Ibiza, Italia y por ex-
tensión las vivencias y lecturas del mundo o espíritu me-
diterráneo, reforzaron mi vocación.Afortunadamente creo
que mis padres murieron comprendiendo y aceptando la
no fácil prueba de tener un hijo poeta.
–Irrumpiste en el panorama poético con una
obra madura, sólida, espléndida y en algunos
casos innovadora ¿qué tantos por ciento de en-
vidia y de admiración despertó esto?
Yo siempre le digo a los jóvenes que diferencien lo que
es la creación literaria (estar solo en tu cuarto frente a
la página en blanco) con el “mundo literario”. Este es muy
útil en un segundo momento para el escritor, pero a la
vez muy adverso en algunos momentos. Todavía hoy no
comprendo cómo la literatura es para algunas personas
una especie de “guerrilla” continua, de cruce de oposicio-
nes y envidias; actitud que más pertenece al campo de la
psiquiatría que de la poesía.Vivimos en un país en el que
la figura del escritor está sometida a pruebas sociales que
no lo está en otros países, donde se da esa figura de un
verdadero “Maestro” que el escritor valioso (no estoy ha-
blando de mí) posee en Hispanoamérica o en la India, en
Extremo Oriente.
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Pliegos de Rebotica
´2016
HABLANDO ENTRE AMIGOS
Me gusta decir que ser poeta
es una forma de ser y de estar
en el mundo.
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