36
●
Pliegos de Rebotica
´2016
●
LOS CAMINOS COLATERALES DEL CORAZÓN
disminuido,
reducido un
semitono (re-sol
b
).
Y así, llegaremos
al tope,
aproximadamente
como hemos
dicho a los 50
años, sea quien
sea la persona y
sus comienzos, y
ahí, puede que
sigamos con gran vitalidad, aunque las goteras
del cuerpo comiencen a darnos algún toque de
atención. En estos años de esplendor, de
recoger lo sembrado unos querrán mejorarse,
pulir lo aprendido, tanto de los estudios como
de la vida, otros bastardearse, retroceder
mostrando un ansia de poder y/o dinero,
alarmante, quizá por tener la sensación de estar
en el último tren, del trabajo, del amor, o del
triunfo superficial, que conduce a la cobardía o a
la maldad con tal de obtener más, “como sea”.Y
el ejemplo a los jóvenes, nuestra enseñanza a
aquellos que puedan tenernos como referencia,
es una responsabilidad enorme para nosotros y
una llamada a la coherencia y a la cordura.
Estamos en una sociedad donde hay gran
confusión de valores, donde lo externo se
valora en muchos casos más que lo interno,
existe también ansia de esconder las huellas del
tiempo o de los años. Personas que no pasan de
la arruga de tu cuello, solo se fijan en eso. Por
eso un día hablando con una niña muy bien
parecida, me aseguraba que no encontraba
trabajo porque no tenía una nariz armónica con
su cara. ¡Vaya por Dios! Lo que me faltaba que
oír. Esperé unos meses, la volví a ver con su
nueva nariz, nariz respingona, la piel de arriba
pegada al hueso, levantada y regordeta en el
apéndice, “nariz de cerdito” en el argot de la
calle, y seguía sin encontrar trabajo. Ustedes
saquen conclusiones. El trabajo está escaso, y
difícil, pero no depende de una nariz… Aunque
desgraciadamente estemos transmitiendo eso.
¿Y cómo es la bajada?
Comenzamos a bajar con una simple gripe, que
desemboca en una complicación, por la edad,
que requiere un tratamiento o varios. A veces se
produce un agujero en un peldaño, un agujero
de salud me refiero siempre, donde no hay
posibilidad de encontrar caminos colaterales y
eso hace que
algunos bajen
tan rápido en
un momento,
que puede
traducirse en
acumulación de
años sobre la
espalda. Todos
tenemos
presente, a
personas
cercanas en esta
situación.Valorando la excelencia de la medicina,
de sus descubrimientos, vemos que la resistencia
a los antibióticos es algo habitual, y la lucha
antibacteriana es complicada en muchas
ocasiones, a pesar de disponer de un abanico de
medicamentos que hace años no existían. Mi
abuelo, médico, atendía a las gentes de pueblos,
recorriendo estos sobre un caballo, y decía a
modo de chascarrillo,
“hija, lo que es bueno para
el bazo es malo para el espinazo”
. Creo que
repetiría lo mismo si estuviera ahora con
nosotros.
Bueno, todos bajamos peldaños, hasta que
nuestros pies pisan el viento al doblar una
esquina, marcada con el nombre del que la
traspasa. Me imagino ser entonces, como una
nota al aire, vibrando libremente en toda su
longitud, repitiendo una melodía que sonará
formando un ostinato en un tono menor, en la
cuerda de un violonchelo. Siempre alegre, por
hacer una mudanza aceptada desde el momento
de nacer.
Es importante conservar a lo largo del
tiempo el frescor interior de la búsqueda,
de la pasión, del amor, de la belleza, de la
espera
. Aquí quizá sería oportuno pensar en un
lifting “del alma” o del espíritu, y me permito
citar un fragmento atribuido a un discurso del
general Douglas A. MacArthur (1880-1964),
figura sobresaliente de la Segunda Guerra
Mundial: "
La juventud no es un periodo de la vida;
es un estado de ánimo, un efecto de la voluntad,
una cualidad de la imaginación, una intensidad
emotiva una victoria de la valentía sobre la timidez,
del gusto por la aventura sobre el amor al confort.
No se hace uno viejo por haber vivido cierto
número de años; se hace uno viejo porque ha
desertado de su ideal. Los años arrugan la piel;
renunciar a los ideales arruga el alma".
■
