 
          D
        
        
          D
        
        
          esde que Mary Shelley,
        
        
          allá por el 1818,
        
        
          publicara la que es
        
        
          considerada la primera
        
        
          novela de ciencia
        
        
          ficción,
        
        
          
            Frankenstein o el moderno
          
        
        
          
            Prometeo
          
        
        
          la comunidad científica no
        
        
          ha dejado de hacerse la misma
        
        
          pregunta: ¿Cuáles los límites éticos y
        
        
          morales en la búsqueda del
        
        
          conocimiento? Probablemente esta
        
        
          inquietud es anterior a la ciencia en
        
        
          sí, recordemos que el primer pecado
        
        
          relatado en la Biblia es comer del
        
        
          árbol de la ciencia del bien y del mal.
        
        
          Después queda en nosotros esa
        
        
          impresión de que todo conocimiento
        
        
          tiene algo de prohibido cuando es
        
        
          nuevo, luego cuando es fagocitado
        
        
          por la cultura se convierte en un aspecto natural
        
        
          del devenir humano.
        
        
          No es posible escribir una historia mejor que la
        
        
          de Mary Shelley, tampoco me atrevo a pretender
        
        
          relatar una historia con más fuerza que la
        
        
          contenida en el libro base de la religión judeo-
        
        
          cristiana. Pero quiero comprender y pensar con
        
        
          quien esto lea cuáles son esos límites, para ello
        
        
          contaré una historia porque en muchas
        
        
          ocasiones la realidad supera a la imaginación. Es
        
        
          un historia conocida, lo único que yo voy a hacer
        
        
          es contarla de un modo simultáneo, dado que, de
        
        
          hecho, mis tres
        
        
          personajes compartieron el
        
        
          mismo espacio tiempo, aunque
        
        
          eso sí desde diferentes
        
        
          perspectivas.
        
        
          De la descripción de sus actos
        
        
          intentaré obtener su leitmotiv,
        
        
          el motivo fundamental que
        
        
          guiaba sus pasos, entendido,
        
        
          como en los orígenes del
        
        
          término, como el factor de
        
        
          repetición común. En música
        
        
          es el tema recurrente de una
        
        
          composición, en pintura
        
        
          podría ser los aspectos o
        
        
          colores que más abunden,
        
        
          para el escritor habría que
        
        
          interpretar las ideas que más
        
        
          le obsesionan, en el caso de una biografía creo
        
        
          que basta con advertir los comportamientos más
        
        
          repetidos, aquellos que se hacen consustanciales
        
        
          a la historia del sujeto en cuestión.
        
        
          Como anuncié al principio intentaré resumir la
        
        
          conducta más repetida y su leitmotiv de tres
        
        
          personas que compartieron tiempo y lugar, los
        
        
          tres con sólida formación científica y los tres
        
        
          con un decidido compromiso: Josef Menegele
        
        
          médico seleccionador de personas destinadas al
        
        
          trabajo o a la extinción en Auschwitz y
        
        
          responsable directo de la muerte de cerca de
        
        
          37
        
        
          Javier Arnaiz
        
        
          Pliegos de Rebotica
        
        
          ´2016
        
        
          ●
        
        
          FABULA
        
        
          ●
        
        
          
            Josef Mengele e Irma Grese
          
        
        
          
            fuera de servicio
          
        
        
          
            La sombra del
          
        
        
          
            doctor Mengele
          
        
        
          
            Directamente en su corazón
          
        
        
          
            los gemelos negros
          
        
        
          
            Gisella Perl fue una ginecóloga
          
        
        
          
            judía que realizó más de mil
          
        
        
          
            abortos a sus compañeras pri-
          
        
        
          
            sioneras del campo de concen-
          
        
        
          
            tración de Auschwitz para sal-
          
        
        
          
            varlas de los tormentos a los
          
        
        
          
            que las sometían los nazis.
          
        
        
          No es
        
        
          un cuento