Página 28 - Revista Farmacéuticos - Nº 111 - Octubre/Diciembre 2012

Pde ReboticaLIEGOS 28
HISTORIA
entrada de los ejércitos franceses a la península
quedaba en parte conjurado pues las defensas
castellanas se moverían desde la ribera del Ebro a la
frontera pirenaica para contener las lanzas francesas
que pudieran asomar por las cordilleras y valles
navarros. Fernando II de Aragón por derecho dinástico,
V de Castilla por derecho de consorte, se convertía
también en I de Navarra por derecho de conquista. La
fórmula adoptada de la unión, aeque principaliter,
establecía que la unión era puramente personal y que el
reino conservaría su condición de independiente.
Intentos de recuperación del reino
Los legítimos reyes de Navarra, Catalina I y Juan III, y
su heredero Enrique II de Albret “El Sangüesino”, junto
a los navarros leales a su dinastía y la ayuda de los reyes
franceses Luis XII y Francisco I, intentaron repetidas
veces, saldadas con respectivos fracasos, la recuperación
de su reino.
Ese mismo octubre de 1512, Juan III al frente de un
ejército francés y unos miles de agramonteses navarros
de su lealtad inició el primer intento de recuperar
Navarra. Pamplona, defendida por el duque de Alba, fue
cercada y ante sus murallas el ejército franco-navarro
cosechó su primer descalabro debiendo levantar el sitio
en diciembre de dicho año ante la llegada del invierno y
de refuerzos castellanos.
El 18 de febrero de 1513, el papa Julio II, tres días
antes de morir, emite a petición de Fernando de
Aragón la bula Exigit contumacium obstinata
protervitas por la que los reyes de Navarra son
excomulgados por su alianza con Luis XII, a pesar
de que no se habían apartado de la fe, dogma o
costumbres cristianas, ni de la disciplina al papa. De
este modo se “legitima” la conquista de Navarra. No
podía el Católico desear más.
“Debido a su contumacia y temeridad, don Julio
Obispo, siervo de los siervos de Dios, para memoria
perpetua…a los arriba mencionados, Juan y Catalina
excomulgados, anatematizados, maldecidos, autores
de cisma y herejía y reos de lesa divina majestad y del
eterno suplicio, y privados y despojados de todo título,
honor y dignidad real, entregando sus reinos,
dominios y bienes a quienes los hubieren capturado o
capturaren…”
Entre el 13 y 24 de marzo de 1513, convocadas por
Fernando el Católico, se celebra en Pamplona la
primera reunión de los Tres Estados, estamentos de las
Cortes, de mayoría casi exclusiva beaumontesa pues
los agramonteses y algunos abades leales andaban
ausentes de la Alta Navarra. El día 23 hubo muto
juramento entre rey y reino. En nombre del Católico
juró el virrey, don Diego Fernández de Córdoba,
marqués de Comares. En principio se otorgaba perdón
general a todos los exiliados siempre que juraran
obediencia perpetua al monarca aragonés. Los fueros,
leyes, ordenanzas, costumbres, usos, franquicias,
privilegios, etc. serían respetados e interpretados de
modo favorable al reino. Los bienes y mercedes se
adjudicarían a los naturales del país, así como los
oficios, excepto los cinco en bailía que podrían ser
dados a extranjeros, las llamadas castellanías. Este
juramento sería posteriormente confirmado por el
Católico el 12 de junio de 1513 en Valladolid ante los
embajadores de dichas Cortes.
El 1 de enero de 1515 muere Luis XII de Francia. Le
sucede el duque de Angulema, primo y yerno del
fallecido soberano, que pasa a reinar con el nombre de
Francisco I.
El 23 de enero de 1516 muere Fernando el Católico.
En febrero de ese mismo año se inicia un nuevo
intento de reconquista por parte de la lealtad
agramontesa a las órdenes del mariscal don Pedro de
Navarra. Nuevo fracaso. El cardenal primado
Cisneros, regente de Castilla, decreta la destrucción o
al menos inutilización de todos los castillos, murallas,
torres y baluartes defensivos de Navarra con la
consiguiente ruina del patrimonio militar del reino.
El 17 de junio de 1516 fallecía el rey de Navarra, Juan
III del Albret. El 12 de febrero de 1517 lo hacía la
reina legítima de Navarra, Catalina I de Foix. Le
sucede su hijo, Enrique II de Albret “El Sangüesino”.
El último intento de reconquista del país tuvo lugar en
1521 siendo rey de España Carlos I. Un ejército
franco-agramontés logró prácticamente reconquistar el
reino para ser finalmente vencido por un ejército
castellano-beaumontés en Noáin-Esquíroz el 30 de
junio. El 19 de julio de 1522, tras cinco días de asedio,
los agramonteses rinden heroicamente la fortaleza de
Maya del Baztán al virrey duque de Miranda. Un
grupo de navarros aún resiste en el castillo de
Hondarribia hasta el 29 de febrero de 1524. El 3 de
Castillo de Burgui había sido ya tomado por
partidas aragonesas