E
l de Alba, antes de ponerse en campaña hacia
Ultrapuertos, convoca a los notables de Pamplona
en el convento de S. Francisco para exigirles su
reconocimiento y juramento de fidelidad al rey
Fernando como su soberano natural. Al final
cedieron y, a ejemplo de la capital, el resto del país
forzado y coaccionado con las bulas que nunca
leyó, también juró fidelidad al usurpador. Le tocaba
ahora el turno de rendir pleitesía a los jefes
agramonteses. Primero presta juramento el
condestable don Alfonso Carrillo de Peralta,
premiado posteriormente con el marquesado de
Falces. Particular resistencia ofrecía al de Alba don
Pedro de Navarra, mariscal del reino, pues exigió y
obtuvo una audiencia personal con Fernando en
Logroño para defender su derecho a no jurar contra
su conciencia. Allí cedió a las presiones y
finalmente, de mala gana y sin convicción, juró al
rey Católico, de palabra que no con el corazón, el
31 de agosto de aquel 1512.
En paralelo, desde finales de agosto, se moviliza hacia
el norte un contingente castellano de 300 jinetes y
2.900 infantes, más varias piezas de artillería con sus
servidores, a las órdenes del coronel don Cristóbal de
Villalba. La colegiata de Roncesvalles es tomada por
sorpresa al tiempo que se incendia Burguete. Los
primeros días de septiembre son tomados los valles de
Aézcoa, Salazar y Roncal. El 10 de septiembre con la
toma de S. Juan de Pie de Puerto concluye la
ocupación de la Navarra continental o Baja Navarra.
Después toda la Tierra de Vascos es corrida con saña.
El valle de Garriz o Garruze fue cruelmente saqueado e
incendiado por los hombres de Villalba. Ainhize,
Garruze, Uhart-hiri (Uhart-Mixe) y otros pueblos son
saqueados e incendiados. En tanto, el castillo de Burgui
había sido ya tomado por partidas aragonesas a las
órdenes de Carlos de Pomar.
Navarra quedaba definitivamente en poder de los
invasores tras una campaña de algo más de mes y
medio. Se cerraba así una etapa de 36 años en la que el
protectorado de Fernando el Católico sobre Navarra
transformaba a esta en su propio reino mediante el uso
de la fuerza, la habilidad diplomática, el engaño y el
superior poderío militar que disponía. El astuto
Fernando ganaba una vez más la partida al francés Luis
XII tras haber manipulado hábilmente en favor de sus
intereses a su yerno Enrique VIII de Inglaterra y al
mismísimo pontífice Julio II, a más de haber
avasallado y despojado a los legítimos reyes de
Navarra. No en balde el rey de Aragón era el prototipo
del príncipe renacentista que tan magistralmente
retratara Nicolás Maquiavelo.
La Navarra de este modo conquistada había caído
víctima de los designios del Rey Católico para, a falta
de Portugal dar un paso adelante en su ambicioso
proyecto de unificación peninsular, paradójicamente
cuestionado por él mismo al buscar un heredero para
Aragón con su nueva reina francesa Germana de
Foix. Muy importante, se conseguía también
linealizar la frontera norte con Francia y reducir la
capacidad ofensiva de esta última sobre los reinos
peninsulares. El riesgo de una Navarra, con reyes
feudatarios del francés, como potencial puerta de
Juan Pedro Iturralde
La conquista de Navarra
(III)
Conquista de la Baja Navarra
(Tierra de Vascos) o Navarra continental
P
de Rebotica
LIEGOS
27
HISTORIA
Defensa del Estado navarro (1483-1517)
Conquista de la Baja Navarra (Tierra de Vascos)
1...,17,18,19,20,21,22,23,24,25,26 28,29,30,31,32,33,34,35,36,37,...52