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Panorama Actual del Medicamento
REVISIÓN
–– Tras un accidente o un traumatismo craneal
–– Se manifiesta diariamente o no desaparece
–– De aparición reciente en personas con antece
dentes de cáncer o virus de la inmunodeficien
cia humana (VIH) positivo
–– En caso de presencia de aura, si ésta dura más
de una hora.
Una vez establecidos el diagnóstico médico y el
tratamiento paliativo (y, si procede, el preventivo),
es muy importante trasladar al paciente una serie de
mensajes sencillos pero muy relevantes. El primero
de ellos es que debe evitar los elementos que habi
tualmente actúan en él como desencadenantes de
las crisis de migraña y evitar la automedicación; de
hecho, el consumo indiscriminado de analgésicos
podría cronificar el dolor de cabeza.
Como ya se ha indicado, sobre la predisposición
general genética particular de cada individuo son
capaces de influir diversos factores desencadenan
tes de las crisis, tanto de tipo interno (hormonales
y psicológicos, principalmente) como externos (am
bientales y otros relacionados con el estilo de vida).
La
influencia hormonal
se relaciona sobre todo
con la fase de descenso de los niveles de estrógenos
durante el ciclo menstrual (previa a la menstruación);
por ello, muchas mujeres aquejadas de migraña du
rante toda su vida fértil dejan de padecerla con el
advenimiento de la menopausia. En cuanto a los
factores psicológicos
potencialmente implicados y
susceptibles de actuar como elementos desencade
nantes de una crisis de migraña, se ha identificado a
los estados de
estrés
y en particular a su cese, como
principal causa desencadenante; asimismo, una du
ración anormal del sueño (tanto por exceso como
por defecto) se ha relacionado con el desencadena
miento de las crisis.
Entre los
factores ambientales
relacionados
con la migraña se han citado más frecuentemente
a los cambios bruscos de la presión atmosférica, en
particular cuando ésta cae intensamente antes de
una tormenta. Entre los factores relativos al estilo
de vida se deben citar a los
alimentos y bebidas
ricos en tiramina
(aguacate, caviar y sucedáneos,
chocolate, embutidos, extracto de levadura, habas,
hígado, higos secos, pescado seco y en escabeche,
plátanos, quesos curados y semicurados, café, cer
veza, vinos rosados y tintos y, en particular, Jerez y
Chianti). Asimismo, el
alcohol
y la
cafeína
(en can
tidades elevadas) pueden actuar por sí mismos como
desencadenantes. Por último, algunos
fármacos
han sido relacionados con el desencadenamiento de
crisis de migraña, en particular los
vasodilatadores
y sin perder de vista a los vasoconstrictores utilizados
como
descongestivos.
En este sentido, el segui
miento farmacoterapéutico del farmacéutico resulta
de gran trascendencia.
La cefalea por abuso de analgésicos es frecuente y
se trata de una entidad patológica bien conocida. El
consumo excesivo y continuado de fármacos analgé
sicos puede inducir el empeoramiento de cualquier
cefalea primaria (pero sobre todo ocurre en la mi
graña y en la cefalea tensional) y la aparición de dolor
a diario, generalmente continuo y que afecta a toda
la cabeza, el cual desaparece tras la supresión de los
analgésicos. En la actualidad, el criterio para consi
derar que un paciente abusa de los medicamentos
para la cefalea se sitúa en el consumo de medica
mentos ergóticos, triptanes y opioides durante más
de 10 días cada mes o bien analgésicos no opioides
o combinaciones durante más de 15 días cada mes.
En los pacientes en los que se sospecha una cefa
lea por abuso de fármacos se recomienda la supre
sión brusca de los analgésicos, aunque tal medida
suele provocar en la mayoría de los pacientes un
empeoramiento de la cefalea, náuseas o vómitos,
trastornos del sueño y ansiedad, aunque general
mente durante menos de 7 días. Para este proceso,
es importante acudir al médico para establecer el
plan terapéutico, ya que puede requerirse el empleo
de algunos fármacos para paliar los síntomas de la
supresión brusca (amitriptilina, antipsicóticos, cor
ticosteroides, etc.). En algunos pacientes puede ser
recomendable realizar la deshabituación de los anal
gésicos en régimen de ingreso hospitalario.