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Panorama Actual del Medicamento
REVISIÓN
tacto rectal son las recomendaciones relativas al
seguimiento sistemático tras el tratamiento con
intención curativa (cirugía y/o radioterapia), que
deben realizarse 3, 6 y 12 meses después del tra-
tamiento, luego cada 6 meses hasta los 3 años y,
posteriormente, de forma anual. En general, tras
una prostatectomía radical, una concentración
sérica de PSA superior a 0,2 ng/ml se asocia a
enfermedad residual o recidivante. Después de
la radioterapia, una elevación del PSA más de 2
ng/ml por encima del nadir de PSA se considera
el signo más fiable de enfermedad persistente o
recidivante.
Aspectos asistenciales farmacéuticos
Desde la oficina de farmacia es especialmente
importante ofrecer un
servicio personalizado
de dispensación
(SPD), empleando para ello
dispositivos adecuados para una correcta aplica-
ción de las pautas posológicas y una adecuada
adherencia al tratamiento de los medicamentos
prescritos por el médico, ya que los pacientes
con cáncer de próstata suelen estar polimedica-
dos. Puede ofrecérsele al paciente o a su cuida-
dor un
seguimiento farmacoterapéutico
que
incluya la revisión del botiquín, a fin de eliminar
todos los medicamentos caducados o potencial-
mente peligrosos que no hayan sido prescritos
recientemente, así como advertir la posibilidad
de peligrosas
interacciones farmacológicas
.
En este sentido, es fundamental
evitar el con-
sumo de ningún medicamento que no haya
sido prescrito por el médico
, aunque sea de
uso habitual.
Es importante asesorar a los pacientes sobre
los posibles eventos adversos que pueden pro-
ducirse durante el tratamiento con los fárma-
cos específicamente indicados para el cáncer de
próstata. Los análogos de GnRH –
leuprorelina
(
Procrin
®
y
Eligard
®
),
goserelina
(
Zoladex
®
),
triptorelina
(
Decapeptyl
®
,
Gonapeptyl
®
),
buse-
relina
(
Suprefact
®
) e
histrelina
(
Vantas
®
) – no
son especialmente tóxicos. La mayoría de los pa
cientes presenta pérdida de libido, disfunción
eréctil y sofocos; cuando estos últimos llegan a
ser especialmente molestos, el médico responsa-
ble suele prescribir pequeñas dosis de estrógenos
o de agentes antiandrógenos. En cualquier caso,
el efecto adverso más relevante de estos fárma-
cos es el
flare up
, que se produce en respuesta
al brusco incremento de la testosterona plasmá-
tica durante los primeros 7 días tras la aplica-
ción de la primera dosis del análogo de GnRH.
Se observa en el 6-10% de los casos y se mani-
fiesta clínicamente en los pacientes como dolor
óseo, obstrucción urinaria y, en los casos más
graves (y menos frecuentes, afortunadamente),
compresión medular, que puede llegar a produ-
cir paraplejia. Afortunadamente, la aparición del
flare up
puede paliarse o incluso evitarse con la
administración de antiandrógenos desde 7 días
antes de la aplicación del análogo de GnRH, por
lo que es frecuente que el médico proceda a su
prescripción.
La
ciproterona
(
Androcur
®
) y el
megestrol
(
Megefren
®
y
Borea
®
) son utilizados precisamente
para el tratamiento de los sofocos producidos por
la supresión androgénica. Entre sus efectos secun-
darios pueden citarse pérdida de la libido y de la
potencia sexual, ginecomastia y mastodinia (dolor
mamario), cardiopatía isquémica y enfermedad
tromboembólica y edema periférico.
La
flutamida
(
EFG, Eulexin
®
, Grisetin
®
,
Prostacur
®
)
no se utiliza en monoterapia, sino
en combinación con algún análogo de GnRH.
Sus efectos adversos más frecuentes son gi
necomastia, diarrea – que puede llegar a ser lo
suficientemente grave como para interrumpir
el tratamiento de algunos pacientes – y alte-
raciones de la función hepática. Por su parte,
los efectos adversos más frecuentes la
bicalu-
tamida
(
EFG, Bicarbex
®
, Casodex
®
, Pencial
®
,
Probic
®
) son mastodinia (dolor mamario), gi-
necomastia y diarrea, aunque esta última solo
excepcionalmente alcanza una intensidad que
obliga a suspender el tratamiento.
En cuanto a la
abiraterona
(
Zytiga
®
), las re-
acciones adversas observadas con más frecuencia
son hipopotasemia (que puede manifestar como
calambres musculares), hipertensión y edema pe-
riférico. Los fármacos específicamente citotóxicos
(docetaxel, cabazitaxel, mitoxantrona, capecita-
bina, etc.) suelen ser administrados en el ámbito
hospitalario.
Finalmente, debería hacerse un especial es-
fuerzo en
desacreditar las terapias “milagro-
sas”,
que algunos individuos o empresas sin escrú-
pulos anuncian, generalmente a través de internet
o incluso en medios de comunicación generalistas,
porque manipulan emocionalmente – y desvalijan
económicamente – a los pacientes y a sus familias,
ofreciendo garantías de unos resultados que en
ningún caso van a conseguir.