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Panorama Actual del Medicamento
REVISIÓN
Estos datos indican claramente la extraordi-
naria importancia que tiene el cáncer de prós-
tata y, en consecuencia su prevención, su detec-
ción precoz y su tratamiento. En este sentido,
la proximidad y accesibilidad del farmacéutico
para el ciudadano en el ámbito de la oficina de
farmacia facilita el ejercicio activo de una labor
asistencial de gran calado. Todo ello sin olvidar
la prestación específica de dispensación, aseso-
ramiento y seguimiento farmacoterapéutico es-
pecializado, amén de otras cuestiones no menos
relevantes, como aspectos nutricionales, higiéni-
cos, dispositivos y ayudas técnicas, etc.
Dado que la etiología del cáncer de próstata
no es bien conocida, es difícil proponer la promo-
ción de medidas higiénico-sanitarias destinadas
a su prevención. Únicamente, considerando los
diversos factores implicados pueden adoptarse
algunas sugerencias e informaciones útiles para
los eventuales pacientes o candidatos a serlo.
En particular, es recomendable – obviamente,
no solo para la prevención del cáncer de prós-
tata – moderar el consumo de grasas animales
y de carnes rojas, tener actividad física regular
y adecuada a las condiciones de cada persona;
mantener una adecuada higiene sexual y evitar
tanto el tabaquismo como el consumo inmode-
rado de alcohol. Curiosamente, se ha detectado
una clara relación inversa entre el consumo de
café y el riesgo de cáncer de próstata, especial-
mente entre los pacientes con exceso de peso.
Un aspecto especialmente relevante es la
existencia de antecedentes familiares, ya que
cuando un familiar de primer grado padece
un cáncer de próstata, se duplica el riesgo y
cuando dos o más familiares consanguíneos se
encuentran afectados, el riesgo aumenta entre
5 y 11 veces. Aproximadamente, uno de cada
diez casos son auténticos cánceres de próstata
hereditarios (tres o más familiares afectados o
al menos dos familiares con enfermedad de co-
mienzo precoz, es decir, antes de los 55 años).
En los pacientes con cáncer de próstata here-
ditario éste suele tener un comienzo 6-7 años
antes que los casos espontáneos, pero no difiere
en otros sentidos.
Detección precoz
La colaboración en la detección precoz del
cáncer de próstata es fundamental, en la medida
en que un diagnóstico temprano puede afectar
de forma decisiva a su tratamiento y evolución.
Por ello, es importante que el farmacéutico, en el
ámbito de la oficina de farmacia, pueda detectar
algún indicio que pudieran presentar algunas per-
sonas y, en su caso, recomendar la visita al médico
de familia o al urólogo a fin de confirmar o des-
echar cualquier sospecha inicial. En este sentido,
la labor del farmacéutico puede ayudar a detectar
y encauzar precozmente hacia el médico algunos
casos que, de otra manera, podrían acudir con un
retraso que, en el ámbito del cáncer prostático,
tiene un efecto desfavorable sobre el pronóstico.
Como siempre, la colaboración coordinada de los
diferentes profesionales sanitarios resulta impres-
cindible.
El cáncer de próstata es generalmente asinto-
mático en los estadios iniciales, cuando el tumor
se encuentra localizado en el interior de la prós-
tata (T1 y T2), e incluso puede no producir sín-
tomas aunque haya invadido la cápsula o las
vesículas seminales (T3). Los síntomas clínicos se
relacionan con la presencia de metástasis en los
huesos (dolor, fracturas, compresión medular) e
invasión masiva de ganglios linfáticos (edemas de
extremidades inferiores). En los tumores de gran
tamaño, se pueden producir síntomas micciona-
les obstructivos o retención aguda de orina por
la compresión uretral, que
pueden ser confun-
didos con cuadros de
adenoma prostático
benigno
(hiperplasia prostática). Asimismo, si el
tumor invade la vejiga puede aparecer hematuria
(sangre en la orina). Obviamente, ante la persis-
tencia de cualquiera de estos síntomas o signos
es menester recomendar la visita al médico en el
plazo más breve posible.
No existen suficientes datos que demuestren
que el cribado sistemático del cáncer de próstata
mediante la simple determinación anual del antí-
geno prostático específico
(PSA) reduzca la mor-
talidad. Por este motivo actualmente no se consi-
dera apropiado el cribado colectivo y sistemático
anual del cáncer de próstata, ni siquiera a partir de
una determinada edad. Alternativamente, se ha
propuesto la determinación inicial del PSA en los
varones con 40 años de edad, a partir de la cual
se establece el intervalo de cribado posterior en
función de los resultados, habitualmente cada 8
años en los varones con un valor inicial de PSA
≤
1
ng/ml, sin que sean necesarios nuevos determina-
ciones de PSA en los varones mayores de 75 años
con un PSA basal
≤
3 ng/ml.
En los pacientes asintomáticos, los antece-
dentes específicos de la enfermedad y una de-
terminación del PSA complementada con un