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Panorama Actual del Medicamento
REVISIÓN
Otras entidades que pueden afectar al pe-
ricardio, y no por ello infrecuentes, son la pe-
ricarditis bacteriana y tuberculosa. La uremia,
las enfermedades del colágeno, las neoplasias
o tras haber sufrido un infarto de miocardio,
también son situaciones que pueden producir
lesión pericárdica.
Aproximación clínica
La pericarditis aguda puede presentarse de
distintas formas dependiendo de la etiología.
Las enfermedades de etiología viral pueden
manifestar como pródromos, síntomas respira-
torios o gastrointestinales. Si la etiología es bac-
teriana, pueden aparecer signos y síntomas de
infección sistémica, como fiebre y leucocitosis,
Las principales manifestaciones clínicas de la
pericarditis aguda son:
dolor torácico, roce pe-
ricárdico, un electrocardiograma característico y
a veces derrame pericáridco.
La manifestación clínica fundamental es el
dolor torácico
. El dolor suele instaurarse de
una forma relativamente rápida. No suele ser
tan rápida como el dolor del infarto de miocar-
dio y a diferencia del infarto la duración es más
prolongada y puede durar días. El dolor se suele
localizar en la región precordial y se puede irra-
diar al cuello, espalda, hombros y brazos.
El dolor suele aumentar considerablemente
con movimientos torácicos, inspiración pro-
funda, en decúbito y con la tos, y suele desapa-
recer o mejorar en sedestación con el tronco
inclinado hacia delante.
El dolor en el pecho de la pericarditis aguda
deber ser distinguido de otros dolores torácicos
comunes y/o potencialmente mortales , como
la isquemia del miocardio, embolia pulmonar,
disección aórtica, enfermedad por reflujo gas-
troesofágico, y el dolor musculoesquelético.
Otros síntomas frecuentes son la sensación
de disnea, fiebre, tos y astenia. En el caso de
la disnea este síntoma no solo puede aparecer
en pacientes con compromiso hemodinámico
como el taponamiento cardiaco, sino también
en los pacientes con función cardiaca estable,
debido a la limitación de la amplitud de la inspi-
ración causada por el propio dolor.
El signo más característico de la pericarditis
aguda es el
roce pericárdico
, el cual se ausculta
en un 60-85% de los casos, aproximadamente.
El roce es un ruido rugoso y superficial que se
ausculta con la máxima intensidad en el meso-
cardio y el borde paraesternal izquierdo bajo.
Este roce es debido a la fricción que se ge-
nera cuando las dos capas del pericardio están
inflamadas. Sin embargo, esta explicación co-
múnmente ofrecida , puede adolecer de exce-
siva simpleza ya que los pacientes con derrame
pericárdico también pueden tener un roce de
fricción audible. El clásico roce consta de tres
fases, correspondientes al movimiento del co-
razón durante la sístole auricular, la sístole ven-
tricular, y en la fase de llenado rápido de la diás-
tole ventricular precoz.
La intensidad del roce aumenta con frecuen-
cia después de la aplicación de una presión
firme con el diafragma, durante la respiración
suspendida, y con el paciente inclinado hacia
delante o descansando sobre los codos y las
rodillas. El roce es a menudo evanescente, de
forma que es importante auscultar repetida-
mente a los pacientes con sospecha clínica de
pericarditis.
Complicaciones:
Derrame pericárdico
: En todos los pacientes
con pericarditis aguda hay que descartar la pre-
sencia de acumulación líquido ( trasudado, exu-
dado o sangre) en el saco pericárdico.
Dependiendo de la etiología del proceso el
exudado puede ser de un tipo u otro. Los derra-
mes tipo exudado se observan con mayor fre-
cuencia en pacientes con insuficiencia cardíaca
y otros procesos con retención hidrosalina. Si
se observa un derrame sanguinolento se debe
pensar en una causa hemorrágica intrapericár-
dica o en procesos infecciosos o inflamatorios.
La ecocardiografía es la técnica de elección
para confirmar la presencia de líquido en la cá-
mara pericárdica. La utilización de otras técnicas
como la resonancia magnética o la tomografía
computerizada puede ser útil para diagnosticar
derrames pequeños y lobulados.
Aproximación diagnóstica y pronóstica
El diagnóstico de pericarditis aguda gene-
ralmente se sospecha por una historia clínica
de dolor torácico tipo pleurítico acompañado
en ocasiones de fiebre. Se debe preguntar al