civiles… todavía hay gente a la que le cuesta
manifestarse español, si dejamos de lado a los que
quieren separarse… es normal dados nuestros
condicionamientos históricos y socio-culturales. Somos
muy dados al grito y a la crítica; poco a ponernos en la
piel del otro o deseamos que el maestro lo sea en
todos los aspectos vitales o tenga un cuerpo y espíritu
angélico… Me siento suficientemente reconocido en
mi país; la mayor lejanía se da, precisamente, entre los
farmacéuticos en donde he tenido grandes
satisfacciones y no menos grandes disgustos,
seguramente porque tengo un carácter heraclitiano,
cambiante, demasiado excéntrico para la mayoría de
los compañeros y, desde luego, he cambiado mucho a
lo largo del tiempo. De un alumno contestatario y
antifranquista a un catedrático doblemente académico
y con opiniones muy firmes, parece haber mucho
trecho. A veces eso implica alejamiento o desamor…
no sé bien. Tal vez también el haber intervenido tanto
en la prensa profesional me ha hecho cercano a
algunos y antipático a otros. Desde luego las revistas
farmacéuticas divulgativas, no las científicas y entre
ellas incluyo a
Panorama del Medicamento
, han ido
prescindiendo de mis servicios por motivos muy
diversos. Las grandes pasiones se desarrollan en familia
y los grandes desconocimientos, también.
–¿Cuál es la obra escrita por usted que más
satisfacciones le ha dado y por qué?
–El hijo del Centauro me convirtió a mis ojos en escritor.
Además lo redacté muy deprisa luego de haber sufrido una
pérdida personal tremendamente dolorosa. Me sentó bien.
–¿Y cual en la que más esfuerzo o ilusión ha
pue s t o?
–Todos mis libros son muy trabajosos. El Mito de Panacea
lo escribí para los alumnos. Es un “tocho” ilegible por
cualquier muchacho que no quiera ser historiador, pero en
él está casi todo lo que sé sobre Historia de la Farmacia.
La leyenda verde es un libro sobre la relación de Felipe II
con la naturaleza y me siento muy bien con ese libro –que
se editó mal; sin índices– con el monarca y con la época
El último Giral es una obra tremenda por su extensión y
un recuerdo de quien fue catedrático de Bioquímica en
nuestra Facultad y Jefe de Gobierno en la España
republicana.
La ilusión está en el próximo y el deseo tener fuerzas y
tiempo para concluirlo.
–Un miedo.
–No haber tenido, ni tener, suficiente tiempo para mis
amigos y, sobre todo, para mi familia.
–Un deseo.
–En lo profesional que no desaparezca –como parece- la
Historia de la Farmacia.
En lo personal que un día podamos todos los seres
humanos mirarnos a los ojos sin miedo, prejuicios, ni
recelos.
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21
Pliegos de Rebotica
2018
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Las Reales academias están bajo el
patronato del Rey y reciben pequeñas
subvenciones del Ministerio de Cultura
que apenas dan para cubrir sus
gastos generales de personal.
