Revista Farmacéuticos - Nº 131 - octubre/diciembre 2018 - page 18

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Pliegos de Rebotica
´2017
S
S
i a cualquiera de nosotros nos
preguntaran quién es Darwin,
todos responderíamos con
premura que es el creador de
la teoría de la evolución, y que
supuso un antes y un después en el
conocimiento de la humanidad y de la
antropología. Gracias a él sabemos
que la evolución de las especies es la
verdadera responsable de la existencia
y fisonomía del ser humano, tal cual ha
sido desde sus inicios, y como es hasta
nuestros días.
Si a cualquiera de nosotros nos preguntaran quién es
Humboldt, creo que pocos responderían afirmativamente; y
eso que probablemente, su talla y su genio están a la
misma altura que Charles Darwin. En realidad, ellos se
conocieron y se reconocieron; fueron coetáneos, aunque
Darwin era mucho más joven; y por ello, recibió toda la
influencia de los escritos y observaciones de Humboldt.
Humboldt en España
Hoy Humboldt es un gran desconocido en muchos países
del mundo, pero muy en concreto en España. ¿Por qué?
Era un atractivo y apuesto joven alemán (de la antigua
Prusia) en el año 1799, cuando pasó por Madrid a recoger
su salvoconducto para viajar a Sudamérica, que le había
concedido el rey Carlos IV. Fue una estancia breve y no
volvió jamás a nuestro país. Emprendió viaje rápidamente
hacia La Coruña y partió en barco hacia el Teide (Tenerife)
camino de la Cruz del Sur y de las Américas. El reto de
explorar el Nuevo Mundo y de constatar las diferentes
formas de vida de los indígenas, de los animales y de las
plantas que allí se estaban descubriendo; ver in situ las
increíbles piedras preciosas y minerales que describían los
que regresaban con vida del viaje transatlántico, tenía un
atractivo aire de misterio ante el que muchos sucumbieron
como Alexander von Humboldt.Vivió la época en que
muchos barcos se lanzaban a recorrer todo el mundo con
la decidida y sana intención de recabar datos geográficos o
recolectar plantas autóctonas de Sudamérica o identificar
nuevas especies animales desconocidas en Europa; aunque
también viajaba gente con intenciones menos altruistas. Lo
que buscaba
Humboldt era
aportar datos
fiables y
contrastados de
altitud, humedad,
temperatura,
presión
atmosférica y otros
parámetros en bosques, montañas,
ríos y volcanes. Buscaba la
confirmación de que los volcanes o
ríos como el Amazonas y el
Orinoco estaban interconectados, y
buscaba la certeza de que toda la
naturaleza estaba entrelazada,
adelantándose al actual concepto de
biosfera; …buscaba respuestas.
En el siglo XVIII se desconocía
la antigüedad de la tierra y cómo se
había formado. Según los vulcanistas
las catástrofes y las erupciones volcánicas eran el origen
de la creación del planeta tierra; los neptunistas, por el
contrario, postulaban que era el agua, la fuerza del mundo
habitado. Era la época de las guerras napoleónicas y de la
revolución francesa en 1789 en Europa.
Humboldt en América
Humboldt estudió en la Escuela de Minas de Freiberg, pero
era un naturalista nato, joven, impulsivo, entusiasta,
enamorado de las plantas, de los animales, de los volcanes,
de las montañas y de la aventura. Pasó mil aventuras en
sus viajes por Sudamérica, sobrevivió a huracanes, erupción
de volcanes, ataque de tiburones, cocodrilos y serpientes;
soportó 50ºC en el desierto y tormentas de nieve en los
Andes; contempló lluvias de meteoritos y bosques
iluminados por libélulas.Viajaba casi siempre acompañado
de algún colega o amigo entregado a su causa, que le
procuraba todo lo necesario para que él se centrara en su
pasión vital, que era la naturaleza en toda su expresión. La
botánica, geología y zoología llenaban su vida de viajes,
mediciones, láminas con dibujos, recolecciones y
observaciones. RecorrióVenezuela, Colombia, Cuba y
Méjico, y se convirtió en el mayor experto en Sudamérica
de todo el mundo.
El día 8 de julio de 1801, Celestino Mutis, célebre
médico, sacerdote y botánico español, preparó una
impresionante recepción para la llegada de Humboldt a su
ciudad, Santa Fe de Bogotá, donde ostentaba el cargo de
Virrey. Le mostró su colección de seis mil acuarelas con
reproducciones de las plantas realizadas por indígenas y
estudiantes en su estudio de dibujo botánico, del que se
sentía muy
orgulloso.
También pudo ver
la colección de
especies
botánicas y la
colección de
libros de botánica
que lucía en sus vitrinas.
Manuela Plasencia Cano
Descubriendo a
Humboldt
Muestra de láminas dibujadas en la Expedición Botánica
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