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e acaba de escribir Simona un
correo electrónico. Entre otras
cosas me dice “También cuando
puedas envíame el próximo
artículo. Empiezo en breve con
el próximo número de
Pliegos de Rebotica
”.
¡¡¡Uff!!! Como pasa el tiempo de rápido. La
verdad es que he estado últimamente muy
liado, y no tengo nada preparado. Bueno.Vamos
a ver mi breve lista de cuentos ya publicados,
para no repetir el mismo tema ni argumento.
“El viajero”, en la época de los descubridores
españoles en América. “La llamada”, alquimia en
el Toledo de 1666. “El manuscrito de Alejandro
Monteagudo”, acerca de la Santa Compaña en
el siglo XIX. “La puerta de la Nacional V”,
viajes en el tiempo-espacio en pleno siglo XX.
“Arboles”, acerca de ritos de la naturaleza a
mitad del siglo pasado. “Invasión”, cuento
futurista, basado en el descubrimiento de la
penicilina. “Diario de una excavación”, con
momia resucitada incluida en la finca de La
Alcudia de Elche. “Soy”, donde un microchip
cobra vida. En “Albarelo”, vemos un egipcio
inmortal que cobra victimas a su paso.
Pilum
,
con una furgoneta de COFARES viajando en el
tiempo. “Herbario”, donde un doctorando de
la Facultad de Farmacia de la Complutense
descubre algo increíble.Y “Ella”, con una vieja
leyenda acerca de una diosa esquimal-inuit,
trasladada a principios del siglo anterior. Doce
cuentos. Doce. Por lo tanto, ahora toca…. el
trece. El decimotercero.
Un frío sudor aparece sobre mi
piel.Trece. ¿el número maldito?
No, no tiene por qué serlo. Eso
sí, incluso algún gran
deportista ponía 12+1 en
su máquina de
carreras, por no
incluir el número
13 en su vida.
Curioso. No
pasa nada.
Y empiezo a dar vueltas
al nuevo cuento. Nada. En
blanco. ¿Y si cojo prestada alguna idea de los
últimos libros que estoy leyendo, y la adapto al
ámbito farmacéutico? Ah, es verdad. Siempre
aparece algo relacionado con la farmacia o con
el mundo farmacéutico o sanitario en los doce
cuentos anteriores. Estoy ahora enfrascado en
la lectura de una recopilación de obras escritas
por discípulos de H.P. Lovecraft. Pero son
argumentos cerrados en sí mismo, muy
buenos, difíciles de extrapolar. Acabo de
terminar la trilogía templaria de Juan Eslava
Galán. Muy imaginativa. Recomendable. Pero
nada se me ocurre. Anteriormente estaba
leyendo a Arturo Pérez-Reverte, que con su
obra “El asedio” nos traslada al Cádiz de la
invasión francesa.Y antes… Cierro capítulo.
No voy bien. No me dice nada. ¿la maldición
del 13?
Pues si no me surge la inspiración de lo que
estoy leyendo o he leído, quizá pueda basarme
en lo que he hecho. Perfecto. Fin de semana
con mi hija Diana, que lleva insistiendo desde
hace un mes en acudir al
Survival Zombie
que
hicieron el sábado en Ávila. Como solo tiene
16 años, ni pensar en dejarle sola desde las 11
de la noche hasta las 6 de la mañana, emulando
una apocalipsis
zombie
en la ciudad (por cierto,
hace unas semanas el Presidente Rajoy
contestó una pregunta en el Parlamento acerca
de los preparativos que tenía el Gobierno
español ante la posibilidad de un incidente
como este), en el que unos cuantos
participantes se caracterizan como
zombies
(la
verdad sea dicha, con muy buen resultado), y
cientos de personas se apuntan
como jugadores
supervivientes, los
cuales tienen que
realizar
durante
esas siete
horas
diversas
pruebas en la
12
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Pliegos de Rebotica
´2017
●
Juan Jorge Poveda Álvarez
El cuento
Nº
