Revista Farmacéuticos - Nº 124 - Enero/Marzo 2016 - page 14

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Pliegos de Rebotica
´2016
L
Joaquín Herrera Carranza
En el principio
L
a filosofía y la ciencia surgieron en el
mundo occidental en la Grecia clá-
sica o antigua Grecia, aunque no
exactamente en Atenas, sino en las
costas de Asia Menor (parte de la
actual Turquía) y, más concretamente en el en-
torno de la ciudad de Mileto. Allí tuvo su ori-
gen la filosofía y la ciencia en una misma ex-
presión de conocimientos, hacia el siglo VI
a.C, franja temporal amplia en la que no se
distinguía entre las observaciones científicas de la na-
turaleza y las actividades filosóficas más conceptua-
les. Ambos quehaceres, o proyecciones intelectuales,
comprendían un conocimiento completo que, en la
actualidad, llamamos filosofía natural.
Los primeros griegos de la Jonia, Tales de Mileto y los
que continuaron, Anaximandro y Anaxímenes, como
principales inmediatos, plantearon cuestiones fundamen-
tales de la vida y el devenir de la existencia humana, al
igual que otras civilizaciones antiguas (Mesopotamia y la
egipcia), como identificación del universo, los fenómenos
naturales, la formación del planeta tierra, el origen y sen-
tido de la vida, etc. Sin embargo, la originalidad que apor-
taron estos pensadores griegos fue apartarse gradual-
mente de las interpretaciones sobrenaturales y míticas
para apoyarse decidida y gradualmente en la contempla-
ción y observación de la naturaleza, a través del razona-
miento intelectual.
El filósofo Guthrie (
Historia de la filosofía griega I
. Madrid:
Gredos, 1984) lo interpreta palmariamente: "El nacimien-
to de la filosofía en Europa consistió en el abandono, a
nivel de pensamiento consciente, de soluciones mitoló-
gicas para los problemas que atañen al origen y a la na-
turaleza del universo y a los procesos que continuaron
desarrollándose en él. La fe religiosa fue sustituida por
la fe que era y sigue siendo la base del pensamiento
científico con todos sus triunfos y todas sus
limitaciones, es decir, la fe en que el mun-
do visible esconde un orden racional e
inteligible, en que las causas
del mundo natural tienen
que buscarse dentro de
sus propios límites y en
que la razón humana
autónoma es nuestro
único y suficiente ins-
trumento para la inves-
tigación".
En aque l l os
tiempos lejanos
del periodo anti-
guo clásico los pri-
meros filósofos
eran en realidad verdaderos cien-
tíficos decididos, movidos por los
dones de la curiosidad, observación, contempla-
ción y la interpretación especulativa, asombrados
ante la naturaleza desbordante. El espíritu científi-
co, inherente a la intelectualidad helénica, se identificaba
con la indagación constante de la naturaleza circundan-
te, que incluía el cielo y la tierra. Podría decirse, por pan-
to, que el intelecto del ser humano despertó ante lo 'ex-
traño' de las cosas más cercanas; más tarde, ante la
totalidad de cuanto había y hay.
"La curiosidad racional de los griegos fue un paso de gi-
gante en la historia de la ciencia, y también, por sus con-
secuencias, en la historia del mundo. La cultura clásica
grecolatina, que dominó el espacio mediterráneo y sus
contornos sería un elemento fundamental de la cultura
europea, y por la expansión de la europea, de gran par-
te de la cultura universal" (Comellas en su
Historia sen-
cilla de la Ciencia
, Madrid: Rialp, 2009).
Así describe este trascendente episodio histórico el fi-
lósofo español Valverde (El asombro ante la naturale-
za.
Historia del pensamiento I
. Barcelona: Orbis, 1983),
el amanecer de la filosofía y, por ende, de la ciencia:
"La filosofía no surgió en Atenas, sino en las colonias
griegas alejadas de la metrópoli: en concreto, en Jonia,
en las costas griegas de Asia Menor, en la ciudad de
Mileto. Allí, en contacto con otras culturas, con otras
lenguas y otras religiones, los griegos empezaron a mi-
rar con ojos críticos su propio mundo. (...). En esa fi-
losofía presocrática, los primeros pensadores, los jo-
nios, son primordialmente teóricos del mundo natural:
lo que escriben -casi todo perdido- entra en la desig-
nación genérica de
perí physeós
('sobre la naturaleza').
Esos fisiólogos, como los llamará Aristóteles -hombres
seguramente ricos en medios y actividades-, florecen
en la Magna Grecia, en Jonia,..." (la palabra teoría sig-
nifica en griego 'contemplación').
Con frecuencia se toma un punto de referencia, re-
al o simbólico, para establecer el inicio de la ciencia
en Grecia, hacia el año 585 a.C, cuando Tales de Mi-
leto predijo con escrupulosa exactitud matemática
un eclipse solar.
Sócrates
Platón
Aristóteles
Presunto busto
de Heráclito
Anaxágoras
Empédocles
¿Ciencia o Filosofía?
Filosofía de la Naturaleza
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