Revista Farmacéuticos - Nº 124 - Enero/Marzo 2016 - page 16

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Pliegos de Rebotica
´2016
PUNTOS DE FUGA
I
No tienes fronteras. El aire no te roza.
Un pájaro quiere bautizar tus manos
pero están sobre el agua,
haciendo palpitar el brillo de la tarde.
La noche comienza a acariciar tu cuello
y se deja resbalar, como un chal
cansado, sobre tu rostro de seda.
El aire, el pájaro o la noche
te son extraños.
Porque tú perteneces a la lluvia.
II
Alimentas tu celda de silencio.
Te cansan los minutos
y el juicio al que se entregan las caricias.
Miras caer las hojas de un otoño
que se parece a tu infancia.
Un lienzo de musgo ante los ojos
te basta para ser.
No conoces ya la palabra lejanía.
III
Vives en ese océano disuelta
de vértigos y brisas,
sitiada por la orilla más convulsa
que perfila los objetos con su nombre
y tu forma de mirar, enhebrada
al parpadeo del sol en el asfalto,
engarzada en la liturgia del viento
sobre el agua.
La tarde respirando su propio asombro
y tú a punto de arrancarte
esa frontera
asfixiante que es la piel.
No hay nada más doliente
que ese silencio que en tus venas
no acaba de estallar.
EL DESCANSO DE LA HERIDA
La Palabra como un ciervo de agua,
como un pecho blanco en que anidar
el cansancio infinito de las alas.
Porque en sus aves no tiene nombre la tristeza.
Asunción Escribano Hernandez
POETAS DE HOY
EN LA NOCHE
Hay un instante en la noche
en que la fiebre lacerada de tu luz
pulsa la frontera de mis poros.
Hay un instante sonámbulo
en la noche
en que hago el amor con el aire
y soy más cristal que sombra.
LA SED
Una lágrima.
Con todo el corazón del universo
te he amado entre sus aguas.
La sal tiene tus ojos,
y no sé sino beber
la claridad de tu tristeza.
EL DON
Toda la noche el aire
ha desprendido
un suave llanto
de la cicatriz antigua
en que atesora el mundo
sus dones más amables.
La habitación al trasluz dilata
la opresión de sus paredes,
y siento deslizarse las palabras
sobre el fogón rendido de mis ojos.
Una gracia húmeda me acuna
en el silencio amontonado
de la respiración de los minutos.
Y tengo la certeza de pertenecer
al reino transparente de lo bello.
CLARIDAD
Anudo tu aliento a los poros de mi sed.
Sobre la plata blanca del vagido de la tierra,
el abismo de tu canto fulge en la madrugada.
Y arranca heridas al pájaro que alumbra.
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