Poetas de hoy
El eco de los nombres
El eco es la realidad exacta
que montañas y valles solitarios
admitieron al fin.
El eco ocupa siempre la memoria:
Nombres salvajes
que nunca repetimos,
sonidos provenientes de otra edad,
olores repentinos a azafrán y a misterio
(y muy cercanos),
figuras memorables o soñadas
que existen por decreto no probable.
Fueron y son.
Lo serán siempre.
Detrás de todo eso,
hay un amor, un cielo, un algo que palpita,
un desnudo interior que nos abraza
y nos hace distintos las sombras y los días,
y nos expande las paredes viejas
del corazón.
Entonces todo y todos se diluyen,
y luego vuelven a nacer sin mácula;
y se aclaran las dudas,
y nos hacen creer, a veces sin motivo,
que el don de los espejos es justo y necesario.
Carlos Lupin y sus muñecas
Carlos Lupin
ingeniaba modelos primitivos
para después armar muñecas chinas
que nunca hubiesen concebido sexo
ni ansias de eternidad.
Sencillamente no había sitio
ni para el sexo
ni para el ansia
ni para la mentada eternidad.
A Carlos Lupin
le llamaba al oído la extraña sensación
de haber llevado demasiado lejos
aquella autonomía de sus muñecas chinas,
de una de las cuales se sintió enamorado.
Notó que se miraba en todos los espejos
-no Carlos, la muñeca-
y que con su voz muda conseguía
convocar salamandras y lagartos,
algún cuervo insolente,
alguna iguana bífida y nocturna.
No tuvo tiempo de saber que había
creado su muñeca más sangrienta
y turbia y maga,
porque el día en que quiso acariciar su pelo
-no el suyo propio, sí el de la muñeca-
ella le atravesó, impía, el corazón
con una larga aguja plateada
que urdió con su saliva y sus conjuros.
POETAS DE HOY
Carlos María Maínez
P
de Rebotica
LIEGOS
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