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PLANTAS MEDICINALES
Panorama Actual Med 2013; 37 (366): 834-838
Otras plantas medicinales para alteraciones
del sueño, ansiedad y depresión (II):
azafrán, manzanilla y escutelaria
Como continuación al artículo anterior en el que
se incluyeron tres especies vegetales que no se uti-
lizan habitualmente en el mundo occidental para el
tratamiento de alteraciones del SNC como son la an-
siedad, el insomnio y la depresión, se presentan a
continuación otras tres plantas medicinales, dos de
ellas muy bien conocidas y utilizadas desde la an-
tigüedad en Europa y Asia, y otra procedente de la
medicina tradicional americana, azafrán, manzanilla
y escutelaria americana, respectivamente. Como en
el artículo pasado, únicamente se hará referencia
a los estudios experimentales y clínicos que hacen
referencia a su posible empleo en las alteraciones
mencionadas.
Azafrán (
Crocus sativus
L.)
Utilizado desde la antigüedad en toda el área me-
diterránea, donde parece ser que fue introducido
desde Asia, el azafrán es una especia con interesan-
tes propiedades medicinales. Se cultiva en España,
Italia, Grecia y Turquía, en el norte de África, en la
India, Irán y China, y en Méjico y Australia. Irán pro-
duce el 90% de la producción mundial. La especie es
estéril por lo que la reproducción es por vía vegeta-
tiva y su recolección manual, lo que hace que alcance
un precio elevadísimo.
Se trata de una pequeña planta de la familia Iri-
daceae, herbácea, perenne, bulbosa, que florece a
finales del verano y en otoño, cuyas flores constan
de seis pétalos color lila provistas de un estilo ama-
rillento rematado por tres largos estigmas rojizos de
sabor algo amargo y picante.
La parte utilizada son los estigmas desecados aun-
que en ocasiones van acompañados por restos del
estilo (
Stigma croci
). Como se comentará mas ade-
lante, en algunos de los trabajos científicos publica-
dos se han utilizado los pétalos y también el bulbo de
la planta. La razón es sencilla, se buscan los principios
activos u otros compuestos con actividad en otros ór-
ganos, ya que los estigmas corresponden a una parte
muy pequeña. Como es bien sabido la recolección es
muy laboriosa, se necesitan muchas flores para tener
una pequeña cantidad de estigmas, se emplea ma-
yoritariamente como especia y por todo ello, como
María Emilia Carretero-Accame
ya se ha comentado, su precio es muy elevado. Se
falsifica y adultera con bastante frecuencia por lo que
es muy importante un buen control de identidad y
calidad de la especie que se va a utilizar.
Los estigmas de azafrán contienen carotenoides
solubles en agua, las denominadas crocinas (mono- y
diglucósidos de crocetina). Destacan las crocinas 1-4,
siendo la crocina 1 la que se encuentra en mayor pro-
porción y la mejor estudiada por su actividad. Se en-
cuentran además flavonoides (quercetina, kenferol)
(sobre todo identificados en los pétalos de la flor),
trazas de aceite esencial, lípidos, mucílagos y glucó-
sidos amargos como el picrocrocósido o picrocrocina
hidrolizable en glucosa y un derivado intermedio que
se transforma en safranal el cual es un aldehído mo-
noterpénico principal componente del aceite esen-
cial. El color del azafrán se debe a los carotenoides, el
sabor amargo a la picrocrocina y el aroma al safranal.
El azafrán se ha utilizado en diversas medicinas
tradicionales como eupéptico, digestivo, carminativo,
anticatarral, expectorante, emenagogo, tónico, se-
dante, antiespasmódico, antiasmático y antiséptico.
La medicina Ayurvédica lo incluye además como
adaptógeno y la medicina tradicional China como
afrodisiaco. En la terapéutica actual se emplea en
enjuagues bucales y por vía tópica para tratar los do-
lores de la dentición en niños pequeños. Numerosos
ensayos publicados en los últimos años, han demos-
trado que el azafrán posee otras actividades como
son: quimiopreventiva y antitumoral, captador de ra-
dicales libres, antidepresiva, mejora de la memoria,
protectora en enfermedades neurodegenerativas y
protectora hepática.