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Pliegos de Rebotica
2019
Enrique Granda
HABLANDO ENTRE AMIGOS HOY CON...
C
C
reo que debo añadir un comentario
a mi primera frase en este introito,
porque bien merece una explicación
ese primer conocimiento
espaldar
.
La aclaración no puede ser más
sencilla: a lo largo de nuestra ¡ay! ya larga
trayectoria profesional, en más de una ocasión,
nuestros artículos se han dado la espalda… de
forma que hemos tenido más de una revista en la
que hemos sido compañeros de espinazo.
Saltar del envés a dar la cara frente a Raúl, para
mí ha sido un gran paso. Quizá por eso hoy me
atrevo a ejercer la difícil labor de entrevistar a un
gran literato que, además, es y será siempre –
porque lo nuestro más que profesión es
vocación- un farmacéutico que ha ejercido
siempre con valentía. Recordemos, Raúl, que tu
oficina de farmacia en Guipúzcoa sufrió varios
atentados, hasta que decidiste echar el cierre en
el año 2000, para delicia de tus lectores.
Y al hilo de esa valentía viene mi primera
pregunta.
“Entre dos caminos, el desconocido; entre dos
caminos desconocidos, el prohibido; entre dos
caminos desconocidos y prohibidos, el que más
temas”
¿Por qué has hecho de
estos versos tu bandera
personal?
Es una forma instintiva de
entender la vida que me
acució desde niño, nada
me provocaba más que
esos letreros de
“prohibido el paso”,
“prohibido pisar el césped”, “prohibido para
menores de…”
Como miembro de la Asociación Española de
Farmacéuticos de Letras y Artes, tengo una
curiosidad que, siendo uno de sus fundadores,
seguro que me puedes aclarar ¿Cómo se crea
AEFLA? ¿Tienes alguna anécdota curiosa para
nuestros lectores?
Fue Ernesto Marcos Cañizares, a la sazón
presidente del Consejo, quien motivó la reunión
fundacional en 1974. La anécdota salvaje es que
soy el único superviviente de aquel encuentro.
Hace poco que la Diputación de Guipúzcoa te
hizo un homenaje por los 50 años de publicación
de tu novela “Cacereño”. Creo que fue García
Márquez quien nos dijo que "
La vida no es lo
que uno vivió, sino lo que recuerda y cómo lo
recuerda para contarla
". Así que te pregunto
¿Cuál de tus obras refleja mejor tu experiencia
personal? ¿Cacereño? ¿La lectura insólita de El
Capital? ¿La carta? ...
La experiencia, más la memoria y el punto de
vista (pongamos aquí lo de los dos caminos) son
las materias primas esenciales de la literatura, no
digamos de la novela, y en todas las por mi
escritas hay algo de esos fundamentos más la
imaginación que pueda añadir.
Un escrito tuyo me
resulta muy curioso.
Se trata de “
Un
morroi chino con un
higo en la coleta
”
¿Existió tal
personaje en la
“
Es una forma instintiva de entender la
vida que me acució desde niño, nada me
provocaba más que esos letreros de “prohibido
el paso”, “prohibido pisar el césped”, “prohibido
para menores de…”
Raúl Guerra
Garrido
Hace muchos años que Raúl Guerra Garrido y yo nos conocíamos “
por la espalda
”,
pero es ahora cuando mi contacto con él se ha hecho felizmente personal, sobre todo
desde mi humilde colaboración en el homenaje que el Ateneo de Madrid rindió
justamente a su figura literaria y farmacéutica. Confieso que para mí es un contacto
doblemente enriquecedor, como escritor y como persona. Por ambos motivos, Raúl,
eres una de mis grandes admiraciones.