Puede que mi máquina no teletransporte
materia, sino la mente o algo parecido, pero es
definitivo que para él soy totalmente invisible.
El hombre coge algunos materiales y los lleva
hacia la zona del pentáculo. Empieza a
mezclarlos entre sí mediante algunos utensilios,
pronuncia palabras que no entiendo,
posiblemente de algún ritual o algo parecido, y
vuelve al escritorio revisar algunos papeles.
Pasa el tiempo pero, sea lo que sea que esté
intentando hacer, no lo consigue y su
desesperación y su furia
aumentan. El hombre
termina por irritarse y sale
de la sala. Me dispongo a
revisar los papeles que tiene
en la mesa. Algunos tienen
dibujos del cuerpo humano,
órganos y asuntos de
medicina; otros tienen plantas
medicinales, algunas dibujadas y
otras desecadas. También hay
algunos papeles de pociones, como
pone en ellos, y rituales de todo tipo.
Lo que destaca entre todos los papeles es un
pequeño cuaderno forrado de cuero. Lo cojo y
lo abro por la primera página. Parece ser un
diario. En la primera página está escrito un año:
1389, es decir, la Edad Media. También está
escrito el nombre del hombre, Grogan. Paso la
página y aparece escrita de principio a fin. En
ella pone que Grogan estaba casado con una
mujer. Con ella tuvo un hijo, al cual quería más
que a su propia vida. Sin
embargo, cuando tenía 4
años, el niño enfermó y
murió. La pareja cayó en una
gran tristeza debido a la
pérdida y la madre, al no
poder con el dolor, termina
con su vida. Él en cambio,
explica que no se atrevía a
ello. Estaba destrozado por la
pérdida de su hijo, pero no le
daba importancia a la vida de
su mujer, pues no la quería y
solo se casó con ella por pura
tradición. Tras un año de la pérdida de
ambos, empieza a conocer la magia, la alquimia
y, lo que más le llamaba la atención, la
nigromancia.Ya sabía que era algo prohibido,
pero nadie se enteraría de su secreto. Por ello,
decide traer de nuevo a la vida a su hijo. Ahí
termina la primera hoja. Sigo pasando las
páginas. En ellas cuenta
avances que ha hecho,
descubrimientos que nadie
había conseguido, pero no
lograba darle vida aún a su
hijo. La mayor parte del
tiempo decía que le faltaba
un ingrediente vital para su
mezcla, pero no nombra cuál
es.
Su última anotación es de hoy,
puede que lo haya escrito hace
poco, pues la tinta aún se ve
reciente. El texto parece
haberlo escrito con prisa,
incluso se podría que decir
que con emoción
debido a la cantidad de
errores y tachones que
ha realizado. En este
último escrito, dice que
finalmente ha encontrado el
ingrediente que faltaba, pero nuevamente
sigue sin mencionarlo. Cuando termino de
leerlo, oigo tras de mí: “Tú eres mi último
ingrediente” y siento un gran dolor en la
espalda. Trato de apoyarme en el escritorio,
pero no lo consigo y caigo de rodillas para
después acabar en el suelo. El hombre vuelve a
la zona del pentáculo mientras limpia una daga
con su túnica. La luz de la sala va
desapareciendo. Dejo de sentir el dolor de la
espalda. Mi vista se nubla cada vez más y más
hasta que termino por no ver nada.
11
Pliegos de Rebotica
2019
