Revista Farmacéuticos - Nº 137 - Abril / Junio 2019 - page 3

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n más de treinta países se han
escrito miles, no exagero al
decirlo, de artículos, de
estudios, de críticas sobre él.
Aaproximadamente como
veinte tesis y tesinas sobre su obra. Las
entrevistas, incontables. Se han llevado
al cine varias de sus novelas.Y sé de
algún intento de plagio, que como decía
el gran muralista, también leonés, José Vela
Zanetti, es la mejor demostración de que un
autor ha llegado a ser famoso
internacionalmente.
Después de esto ¿qué se puede añadir?
¿Qué puedo decir yo? ¿Qué es un fino
guerrero de la ironía? ¿Qué indudablemente
es un hombre garrido? ¿Qué desde su
primera novela tuvimos entre nosotros uno
de los mejores novelistas de nuestra época
que con una prosa original limpia y vibrante
hacía historia valiente del momento
histórico español sin banderías políticas ni
grupúsculos literarios? ¿Qué invirtió meses
de su vida en un viaje
duro y difícil en un barco
bacaladero simplemente
para que una novela suya
tuviera el léxico, matices,
tiempo y ambiente
exacto? ¿Que durante un
año o algo así, tuviera
que vivir escoltado de
hotel en hotel, de ciudad
en ciudad, para que no
se le pudiera localizar
porque su vida corría
peligro inminente y
nunca se le oyó una
queja contra nadie? ¿Qué
cuando le forzamos a
hablar sobre el tema nos
contó con una serenidad
asombrosa cosas que te
sobrecogían? ¿Que es fiel
a sus raíces a pesar de ser un ciudadano del
mundo?
Supongo que todo o casi todo está ya
escrito sobre él y su obra, pero a pesar de
ello me alegra en lo más hondo haber
tenido una oportunidad como esta para
decir de nuevo la admiración casi fervorosa
que siento por la figura de Raúl Guerra
Garrido.Ya en otras ocasiones he escrito
algún artículo sobre nuestro Presidente
expresando una admiración sentida desde
que le conocí y que, a lo largo del tiempo ha
ido creciendo sin pausa a medida que leía su
obra y sabía de su peripecia vital. Realmente
no es difícil conocer a
un estupendo escritor.
Y tampoco lo es
encontrarnos con un
hombre íntegro. O una
persona valiente. O un
esposo perfecto. O un
amigo auténtico. O un
ser humano lleno de
ingenio y sentido del
humor. Lo difícil es
encontrar todo esto en
una sola pieza. En un
solo hombre.Y si
tuviera que hacer un
retrato de la
personalidad de alguien
así no tendría que
inventarlo: coincidiría
exactamente con Raúl
Guerra Garrido.
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Margarita Arroyo
Pliegos de Rebotica
2019
CARTA DE LA DIRECTORA
Garrido
Raúl
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