Revista Pliegos de Rebotica - Nº 133 - Abril/Junio 2018 - page 30

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Pliegos de Rebotica
2018
Celestina y tan clásica que forma parte del “cold-
cream”, crema fría, el más célebre, quizás, de
todos los preparados cosméticos.
Pero es en la higiene corporal, en los baños, junto
a la confección de ungüentos y afeites, donde la
Cosmética de Celestina alcanza sus más altos
saberes y concretas aplicaciones.
No olvidemos la importancia social de los baños
en aquella época (calle de los Baños en la Puebla
de Montalbán, calle del Baño en Talavera) y
dermatológica en una sociedad castigada por
epidemias, piojos, sarnas, etc.
Un ejemplo de baño de asiento podía ser el de
malvavisco o malva silvestre, provechoso en las
almorranas, que “son accidente de muchísimo
sufrimiento para los sodomitas”, según expresa
Antonio Gamoneda en su “Libro de venenos”.
Y, a todo esto, ¿qué dice Pármeno? Que “hazía y
tenía aparejos para baños de las yerbas y raízes
que tenía en el techo de su casa colgadas:
manzanilla y romero, malvaviscos, culantrillo,
coronillas, flor de saúco y de mostaza, espliego y
laurel blanco, tostarosa y gramomilla, flor salvaje
e higueruela, pico de oro y hoja tinta”.
Muchos los empleaba como remedios
terapéuticos para combatir la sarna, los dolores
reumáticos y articulares, etc.; otros, –culantrillo,
altramuz– provocan o hacer bajar el menstruo;
algunos, casi inevitablemente, como afrodisíacos–
mostaza y flor salvaje–. Pero la mayoría los
utilizaba por sus acciones cosméticas: Los baños
de cabeza de culantrillo se aplicaban contra la
calvicie y la caspa seca; el malvavisco, en los
empeines; los pediluvios de flor de saúco, de
romero, de manzanilla o menta, para los pies
doloridos y cansados.
Los rubios cabellos fueron la pasión de las épocas
medievales, afición que se acrecentó en los siglos XIV
y XV y se hizo casi una norma de belleza en el XVI.
Pero no sólo por motivos de belleza....Había que
demostrar por todos los medios posibles ( o
intentarlo al menos) la pureza de sangre, de ahí el
enrubiar los cabellos o el blanquearse con
albayalde manos y cara. No parecer morisca, ni
judía, ni mora.
Y es llegado el momento de hablar de Melibea.
Era un ejemplo de belleza femenina y su tipo
físico es expresamente gótico, como señala
Camón Aznar. Tiene la “núbil delgadez del tallo”,
los ojos verdes, rasgados; las pestañas, luengas; las
cejas, delgadas y alzadas; (...); los dientes, blancos;
los labios, colorados; la tez, lisa, lustrosa; el cuero,
oscurece la nieve; (...) Y dejo para el final las
primeras palabras de Calixto: “Comienzo por los
cabellos. ¿Ves tú las madexas de oro delgado que
hilan en Arabia? Más lindas son y no resplandecen
menos...”
“Hazía lexías (oxidantes y decolorantes) para
enrubiar (“para poner los cabellos de color
encendida; a muchos les es natural y a otros,
particularmente mujeres, los hacen rubios con
lejías y sahumerios”.Covarrubias) y las hazía de
sarmientos, de carrasca, de centeno, de
marrubios; con salitre, con alumbre y millifolia y
otras diversas cosas”.
Quiero resaltar que algunos de los preparados que
cita Pármeno a lo largo de su encendido y
minucioso discurso, pudieran no tener la aplicación,
por parte de Celestina, que él señala. Pongo por
ejemplo y no abundo más en el tema: La millifolia
es un buen cicatrizante, muy apreciado por
espadachines y usadores de arma blanca.¿Cómo no
recurrir a Celestina, en su condición de discreta y
Utilización de lociones con
solución de sublimado.
Tratamiento de las úlceras de la piel.
Biblioteca nacional de Paris.
Libro de medicina antigua.
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