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Pliegos de Rebotica
2018
Fue muy aplaudido",
manifiesta el estudioso;
y un científico
excepcional también
viene a decir lo mismo
de la sobresaliente
aportación del
boticario, Felipe
Guillén, aunque de una
manera más
contundente. En efecto,
Alexander von Humboldt (1769 - 1859), Padre de
la Geografía científica universal moderna, afirmó
en uno de sus textos (
Cosmos. Ensayo de una
descripción física del mundo
) que "fue el primer
aparato destinado a medir las variaciones de la
aguja imantada y sirvió para los primeros
estudios realizados acerca de tan interesante
materias" (...), y por ello, "le da derecho a la
inmortalidad".
Simón de Tovar, médico, naturalista, botánico,
farmacólogo, cultivador de la farmacia y
astrónomo, para unos era portugués, para otros
oriundo del país vecino y, según algunas biografías
(MCNBiografías.com), nació en Sevilla en fecha
desconocida, aunque se informa como posible,
alrededor de 1528. En cualquier caso, toda su
vida residió y desempeñó su profesión (varias
disciplinas científicas) en la ciudad de la Giralda,
en donde destacó por uno de los jardines
botánicos científicos más importantes de los
numerosos que se instalaron, aunque el más
famoso corresponde al abierto por Nicolás
Monardes. Publicaba catálogos anuales de las
plantas, que intercambiaba con otros botánicos
interesados europeos. A través de Benito Arias
Montano (fue su introductor), mantuvo una
fructífera relación científica con el holandés
Carolus Clusius, quien lo citó varias veces al
tomar en consideración los catálogos (
Index horti
Tovarici
) del jardín botánico hispalense de Tovar,
fechados en 1595 y 1596 (año de su muerte).
Que el jardín botánico de Tovar brillaba por su
importancia da fe la firma del rey Felipe II
ordenando que se mantuviera en funcionamiento
tras su muerte. Arias Montano fue el heredero
universal del material inventariado de Tovar.
En círculos científicos y culturales, Tovar luce en
Sevilla por la introducción, aclimatación y cultivo
del nardo (
Polianthes tuberosa
), planta ornamental
de exorno frecuente en altares, retablos y
monumentos religiosos. No obstante, en honor a
la verdad, algunos de sus libros, sobre temática
médica y farmacéutica, también son conocidos y
comentados.Veamos: Nuevo modo de examinar
la composición de los medicamentos (
De
compositorum medicamentorum examine,
impreso
en Amberes, 1586) y
De la trituración de
los medicamentos
purgantes y de los
errores que en ella
tienen los Boticarios
(impreso en Sevilla,
1587).
De esta temática
medico-farmacéutica
la más afamada es la
Hispaliensium
Pharmacopoliorum Recognitio
, (impreso en Sevilla,
1587), que incluye un análisis de los pesos y
medidas, propias de las boticas sevillanas (véase
figura adjunta). En realidad esta obra viene a ser
una recopilación de los dos anteriores, citadas
más arriba.
Empero, en el contexto de esta narración hay
que citar y comentar someramente la monografía
literaria de Simón de Tovar, en su faceta científica
de astrónomo y matemático, sobre la correcta
utilización de la ballestilla, instrumento de
navegación, aparentemente sencillo de manejar,
para determinar la altura de la estrella del norte
en el horizonte, en el que el científico muestra su
preocupación por los errores de cálculo y la
interpretación de los resultados obtenidos:
Examen del modo de averiguar las Alturas de las
tierras, por la altura de la Estrella del Norte, tomada
con la Ballestilla
(impreso en Sevilla, 1595, por
Rodrigo Cabrera). Texto escrito (véase la
portada) con motivo de una intervención
ordenada por Felipe II con relación a los
instrumentos de navegación y cartas de marear,
aconsejados por la Casa de la Contratación.
Hecho a subrayar, sin duda, es la presentación del
mismísimo rey, lo que dice bastante de la
categoría de la monografía:
"EL Rey. Por quanto por parte de vos el Doctor
Simón de Tovar, Médico vezino de la ciudad de
Sevilla (....)" Y la firma final: "Dado en San
Lorenzo a diez y siete días del mes de Setiembre
de mil y quinientos y noventa y quatro Años.Yo
el Rey. Por mandato del Rey nuestro Señor. Don
Luys de Salazar".
A modo de conclusión unas palabras del
americanista Francisco Morales Padrón (
Andalucía
y América
, Arguval, 1992): "A Monardes y Tovar les
interesaban la flora y eran grandes herboristas;
(...). Situados ambos en Sevilla, que era entonces
como el mismo Monardes escribe, donde más se
sabía de las Indias 'por venir todas las cosas
primero de allá', es lógico que aparezcan cual
pioneros".