parecida a su madre. Para ella buscó un trono en
Castilla, lugar donde llegó cuando tenía diez
años.Y la pequeña Leonor Plantagenet, con solo
diez años, viajó a Castilla para ser la esposa de
Alfonso VIII. Dejo Poitiers y nos trajo un canal de
cultura y alegres costumbres. Pasado un tiempo
fue la esposa de Alfonso VIII y su reina.
Pese a su corta edad había sido instruida en los
secretos de la diplomacia, tenía la habilidad
política de su padre (Enrique II Plantagenet) y el
amor a la música y a la poesía de su madre.
Fue una reina feliz, que tuvo un matrimonio feliz.
Las referencias que hablan de una belleza judía,
en Toledo, como el gran amor del rey Alfonso
VIII, son dudosas.
Los historiadores son generosos con la reina de
Castilla, la describen con cariño. Tenía una belleza
heredada de su madre y una dulzura propia.
Convirtió la corte en un lugar lleno de vida, con
actividades musicales y literarias.Y con su ayuda,
el rey Alfonso VIII hizo los primeros intentos
para crear la Universidad de Palencia. Era un
hermoso principio.
El arzobispo de Rada escribió del rey:
“Trajo sabios de las Galias y de Italia para que
hubiera siempre en su reino disciplinas de la
sabiduría”.
En Castilla se levantaron iglesias, catedrales y
monasterios, como Santa María de las Huelgas,
que a la reina de Castilla le recordaba la abadía
de Fontevrault tan venerada por su madre.
Casi al terminar su vida, la actividad guerrera de
Alfonso VIII, nos legó la más importante de las
batallas de “La Reconquista”, el triunfo en Las
Navas de Tolosa. El 16 de julio de 1212 empieza
el declive del mundo musulmán y la gloria para
Castilla. La contienda apenas duró unas horas,
miles de cuerpos cubrían de sangre los campos
de las Navas. Fue todo desolación y muerte, una
hecatombe para el imperio Almohade.
Leonor de Aquitania la inquieta reina de Inglaterra,
quiso viajar a sus ochenta años como en sus
mejores tiempos. Las buenas relaciones que tenía
con los Capetos, a pesar de haber sido en su
juventud la pesadilla de los franceses, le hizo pensar
en la boda de su nieta con el futuro rey de Francia.
Sin pensarlo dos veces emprendió el muy
largo viaje y cruzó los Pirineos. Era el
invierno 1199-1200 cuando llegó a Castilla,
donde su hija Leonor reinaba desde hacía 30
años, allí conoció a sus inteligentes y
preciosas nietas. Cuando llegó el momento
de decidir entre Urraca y Blanca, lo hizo por
esta última ya que el nombre de Urraca no le
gusto. Parece ser que dijo:
“No puedo imaginar a un francés pronunciando esa
palabra”.
Experta y decidida eligió a la pequeña Blanca. La
niña solo tenía diez años, los mismos de su
madre cuando llegó a Castilla.
Abuela y nieta hicieron el viaje de vuelta a Paris.
Tal vez fue obra de su abuela que tenía mucho
que contar, y en el viaje de retorno supo
prepararla, pues Blanca de Castilla fue una de las
mejores reinas de Francia. Casada con Luis VIII,
fue madre de San Luis.
24
Pliegos de Rebotica
2018
No fue una consorte al uso. La esposa de Alfonso
VIII demostró habilidades políticas y diplomáticas,
y modernizó y culturizó como nunca la sobria
Corte castellana.
Leonor de Plantagenet fue la reina perfecta.
la coronación en Reims del rey Luis VIII
y de la reina Blanca de Francia.