en la botica de Antonio Moreno Bote, ubicada en el nº 36
de la madrileña calle de la Carrera de San Jerónimo, de la
que los detractores de la Fiesta ya decían de ésta que era
el origen de todos los males del País. Y allí se hablaba sin
complejos de toros, y de temas de actualidad, con entusias-
mo y libertad, no exenta, más de una vez, de pasión, y aca-
loramiento, de los pros y contras. de si sí, o si no, prohibir
o autorizar, y se discrepaba, ¿porque no?, de la competencia
entre Pedro Romero y Costillares, o entre este último y
Pepe-Hillo, de lo que ocurría en España, de la relación epis-
tolar entre el boticario y Pedro Romero y de tantas y tantas
cosas…
Que Los toros eran el origen de todos los males ¿nos
suena de algo?
Y qué decirles de la pierna del Antonio Sánchez “ El
Tato” que le había sido amputada, tras sufrir una cornada,
y qué estuvo expuesta, no me pregunten porqué, conser-
vada en alcohol en una farmacia madrileña de la calle del
Desengaño, esquina a Fuencarral.
Y toros autorizó celebrar, Fernando VII, para financiar
con las resultas del espectáculo, una de las instituciones sa-
nitarias más importantes del Madrid decimonónico; El Real
Jardín Botánico de Madrid.
Los farmacéuticos, ayer y hoy, somos especialista en el
ámbito del medicamento, y nada ha contribuido tanto al
bienestar social como estos, pues hasta el último cuarto del
siglo XX laboratorios y farmacias hicieron, para fidelizar a
sus clientes, publicidad de sus medicamentos con escenas
de tauromaquia, lo que demuestra, en esa época, el gusto y
al popularidad de la fiesta de los toros. Publicidad que forma
parte de una de las mejores colecciones privadas; la de Be-
goña García y el Profesor Javier Puerto. Ellos nos han faci-
litado esta información.
Laboratorios españoles fueron muchos los que utiliza-
ron esta práctica, sirvan unos ejemplos: Los Amor Gil edi-
taron, en 1965 una serie de plumillas salidas de la mano del
famoso pintorAntonio Casero, al igual que los Made aunque
en este caso el dibujante era el madrileño Cándido Bernar-
do Masides. Un famoso fármaco; El Diazepán Prodes, ansio-
lítico y antidepresivo, muy empleado, se publicitaba, hacia
1970, entregando con el medicamento una serie de foto-
grafías, a color, de temática taurina.
Y no sólo laboratorios españoles sino que algunos ex-
tranjeros hicieron lo propio. Bayer, descubridor y propieta-
rio de la aspirina, editó unos cuentecillos, redactados por
Pérez Zúñiga, e ilustrados por J. Xaudaro, donde se habla
de una corrida de toros salvada por la aspirina en estos tér-
minos:
Qué estocada a volapié/la ovación se oyó en Álmagro/¿y
quién hizo tal milagro? ¿Quién pues? ¡la aspirina fue! Y hoy al
ver que así domina/a los toros que combate/ ¡hasta toma cho-
colate/Con tabletas de aspirina, Aquel torero excelente/e Bayer
probó el tesoro/y se fue derecho al toro/ como nunca de
Valiente/ni el más pequeño dolor/le molestó al torear Qué acierto
tuvo al matar/ aun cuando no era doctor.
Francia, Portugal o
México, también utilizaron estas prácticas.
Einstein decía:
Aprende de ayer, vive hoy, ten esperanza por
el mañana, y la realidad es simplemente una ilusión, aunque una
muy insistente
. Para mí la realidad de la tauromaquia es una
ilusión, y con ilusión debemos mantener su raíz popular, di-
fundir su conocimiento, y comprometernos a ello, sin me-
noscabo de la necesaria evolución, acorde a los gustos y
exigencias del momento en que vivimos, pero ¡eso sí! man-
teniendo siempre la integridad en el toro y en el toreo.
Hoy estamos inmersos en plena Feria de San Isidro,
¡la mejor del mundo!
Alea jacta est
, y ¡qué Dios reparta
suerte!
DESDE EL CALLEJO
N
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