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Aurora Sánchez Sousa
Pliegos de Rebotica
2018
LOS CAMINOS COLATERALES DEL CORAZÓN
H
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an pasado muchos días, muchas
angustias desde el 27 febrero de
este año 2018 en las Hortichuelas,
en Nijar (Almeria). Una angustia
que todavía flota en el aire, y nos
afecta a todas las gentes, de todos los lugares a
donde llegó la noticia de la desaparición del
niño de 8 años Gabriel Cruz Ramírez. La
pregunta generalizada era, “
Gabriel, hijo, ¿A dónde
fuiste?
o
¿A dónde te llevaron “pescaito”?
Debo aclarar que el termino marino viene de la
denominación cariñosa que la daba su madre.
Aparece asesinado el 11 de marzo de 2018.
Me viene a la memoria la imagen y la voz de su
madre, Patricia, despidiendo al cuerpo inerte de
ese hijo, en su viaje al cementerio (su último
viaje en la tierra), afirmando que el pequeñín ha
ganado la batalla a la bruja, porque la bruja se
ha ido de ese mar de calma donde su “
pescaito
”
se encuentra, soñando con su proyecto de ser
biólogo marino” en un futuro.
Que lección de entereza,
sosiego y caridad ha
dado esa madre, a
todos.Yo vuelvo
a preguntarme
¿es posible
que exista
tanta maldad?
Si, amigos, existe
maldad y mucha,
para con este
inocente, y para otros muchos menores que
tenemos en el pensamiento. Algo deleznable
está sucediendo en el mundo en que
vivimos. Lo malo es que a veces, hasta
que no se vive en las propias carnes, no
se valora el grado de gravedad. Es ahora
cuando se empieza a escuchar la voz de
las gentes pidiendo públicamente que se
reformen las leyes o se hagan otras nuevas,
que se interpreten desde la coherencia, que se
pueda confiar en no depender de una opinión
personal sino de una justicia certera. Parece
como si supuestamente se hubiese dado barra
libre a los actos crueles o criminales, dando
más tarde exculpación a los que los cometen,
alegando consumición de sustancias,
enajenación mental transitoria etc.
Gabriel nos deja su sonrisa, la sonrisa eterna y
dulce de un niño con la ingenuidad,
transparencia y ganas de vivir en su rostro. Su
mirada deslumbrante realzada por la célebre
bufanda azul, que después –durante su
búsqueda- estaba en el cuello de la madre, y
más tarde la madre se lo dio como recuerdo a
Juan Ignacio Zoido, ministro del interior en ese
momento por su comportamiento ejemplar y
porque la tristeza, dolor y seguimiento
continuo fueron evidentes.
Aprovecho para felicitar a la Guardia Civil,
policía, bomberos, ya que somos testigos como
se han dejado la piel en este
trabajo. Se ha visto llorar a
muchos de ellos cuando han dado
con el final del caso, cuando han detenido
al culpable. Todo ha sido dolor. Ha quedado
claro que el dolor no es de derechas,
izquierdas o centro. El dolor es algo
por el que todos pasamos, es un
sentimiento profundo en menor o
mayor cuantía, de una forma u otra,
pero todos pasamos, y hace que
comprendamos mejor las penas de los
demás.
La vida es importante
y nadie tiene
derecho a destruir
la del vecino. La
vida no puede
tener de sostén
las chorradas y
mamandurrias
diversas para una
Recordando a
Gabriel
el pescaito
