Revista Pliegos de Rebotica - Nº 133 - Abril/Junio 2018 - page 13

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Pliegos de Rebotica
2018
la bondad y la perversión de la sociedad están presentes
en el fondo de la cuestión romántica provocando sen-
timientos encontrados en sus más sensibles y expresivos
ciudadanos. Todos los atributos y complementos del
amor romántico se funden en los poemas de los tres
más ilustres poetas del romanticismo: Espronceda, Zo-
rrilla y Bécquer.
El largo “Canto a Teresa” de Espronceda impresiona por
su tristeza y emociona en su desesperación por el tiem-
po perdido.Tiene un último verso que resume la amar-
gura que siente al conocer la muerte de su amada:
… Que haya un cadáver más, ¿qué importa al
mundo?
El Don Juan Tenorio de Zorrilla es
el paradigma del seductor
y conquistador. Los ver-
sos que dedica a la inge-
nua Doña Inés, novi-
cia en un convento,
son conocidos por
todo el mundo y re-
presentados cada
año en muchas ciudades
de España para conmemorar la victoria del amor sobre
la muerte, en el día de los difuntos (el 1 de noviembre).
Aquella estrofa que empieza así es la más popular:
No es verdad, ángel de amor, …
Sin embargo, las
Rimas
de Bécquer superan todos los
retos del amor y alcanzan un nivel tan elevado que, para
muchos, son el máximo exponente de los poemas de
amor en verso. Bécquer utiliza y domina todo tipo de
estructuras poéticas, con elaboradas frases, complejas
metáforas y pasión a flor de piel. Tan sólo, vamos a re-
flejar aquí uno de sus poemas más universales, entre su
extensa bibliografía:
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres
¡esas…no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.
Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día…
¡esas…no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido…; desengáñate,
¡así…no te querrán!
La poesía amorosa contemporánea
Con la llegada de la modernidad, se produce tal explo-
sión de lirismo en el panorama literario que es muy di-
fícil describir el intrincado ambiente de estos años. La
aparición de diversas corrientes, como el modernismo,
las vanguardias y la generación del 27 arrojan muchos
y grandes poetas del amor.
Los versos surrealistas de Aleixandre, el erotismo de
Alberti, Neruda y tantos otros representan la gran va-
riedad de poetas que utilizan como soporte el amor en
todas sus facetas. Citamos para terminar, al admirable
Lorca por sus “Sonetos del amor oscuro” impregnados
de sangre, muerte y tragedia:
Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.
El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombre ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena pues de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.
Para terminar, Francisca Aguirre, es nuestra subjetiva
elección final. La excusa de ser una mujer y de estar
viva, no es suficiente para justificar su poesía en este
breve recorrido histórico. Un soneto dedicado a su ma-
rido merece ser destacado entre la poesía contempo-
ránea española: “Nana de las esquinas” (2008)
Las esquinas tienen la música que se merecen,
porque las esquinas son como encantamientos
o las flores silvestres.
Las esquinas son el desperdicio perfecto:
una vez fueron esquinas que daban al desastre
y en cambio, poco después,
las esquinas alumbran como las sonrisas:
tuerces una esquina y te encuentras con esa sonrisa
que no esperabas.
Las esquinas suenan como las campanitas de los corderos,
tienen la música que suena en las sorpresas.
Es una música trasparente,
como los aguaceros repentinos.
Me late el corazón de otra manera
cuando escucho cantar a mis esquinas.
En una esquina de esas yo encontré el amor.
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