S
S
e cumplen 75 años del suicidio del célebre
escritor vienés Stefan Zweig (1881-1942), el
mayor vendedor de libros en las primeras
décadas del siglo XX. Maestro en novelar
biografías, también triunfó con relatos, novelas
de exquisito lenguaje y ensayos.
El 10 de mayo de 1933 las juventudes hitlerianas
quemaron más de 40.000 libros que consideraron
peligrosos para el pensamiento fascista y poco después
los libros de Zweig fueron prohibidos en Alemania. Para
entonces ya había publicado varios títulos como
24
horas en la vida de una mujer, Carta de una desconocida,
Amok
y otros éxitos editoriales.
Su primera mujer, Friderike, le
sorprendió en un hotel en
compañía de su joven secretaria
Charlotte Altmann, y dio por
finalizado su matrimonio de treinta
años en los que le atendió con
dedicación absoluta, aguantando sus
crisis emocionales que más tarde se
diagnosticarían como trastorno
ciclotímico.
La nueva pareja, que acabaría
casándose, comparten miedos,
depresiones, inseguridades. Zweig
soñaba con una Europa sin
fronteras y en paz pero la situación
era alarmante. Sintiéndose
perseguidos por el avance del
nazismo, abandonan Alemania en 1935 rumbo a Londres.
De allí a Nueva York, sin saber muy bien donde
quedarse.
Curiosamente, Zweig nunca criticó a Hitler en público
porque “El intelectual debe permanecer cerca de sus
libros”. Era incapaz de reconocer el naufragio de su
sueño europeísta.
Continúa escribiendo mientras viaja de forma
compulsiva.
María Estuardo, Noche fantástica
. Lotte parece
la horma de su zapato, siempre opinando lo mismo que
él, no encontrándose feliz en ningún país, en ningún
continente.
Ponen sus ojos en Sudamérica y se deciden por Brasil. La
depresión de Zweig iba en aumento.Algunas personas
de su entorno opinaron después de su
muerte, que viajó a Brasil para
preparar minuciosamente su
muerte.
Eligen Petrópolis para vivir y allí
entablan amistad con
intelectuales franceses, un médico
alemán y Gabriela Mistral. Parecía
que tenían intención de echar
raíces en su bonita casa de
alquiler en la Rua Goncalvez 34,
con un perro que les hacía
compañía, vida tranquila de
trabajo y largos paseos por la
selva. Montó su escritorio en el
porche con vistas a las montañas
cercanas a Río de Janeiro. Sus
vecinos se referían a ellos como
“esos extranjeros distinguidos”.
Solo que, por esos días escribe
una carta a su primera esposa y
le manifiesta su intención de quitarse la vida.A ella no le
sorprendió ya que al parecer en varias ocasiones dijo
que buscaba pareja para suicidarse.
Stefan comienza a regalar libros, dona su biblioteca
particular a la Biblioteca Municipal, envía sus manuscritos
33
Marisol Donis
Pliegos de Rebotica
´2017
●
LOS BOTICARIOS
●
Pacto suicida
Stefan y Lotte Zweig en Brasil.