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da mejor que la inclusión
de una materia de
cultura
taurina
en los planes de
estudio, materia obvia-
mente optativa, que fo-
mente y divulgue los co-
nocimientos y actitudes
de ese arte singular y úni-
co, efímero pero irrepeti-
ble, que es la Tauromaquia, “La Fiesta”, fiesta siem-
pre del pueblo de aquí su arraigo en el pueblo
español, ¡tan amenazada siempre!, antes y ahora, y!
tan viva!
Ya decía José María de Cossío, al reflexionar sobre
“la nube negra de pesimis-
mo que se cierne sobre la
Fiesta”, que:
No hay que
dejarse impresionar por es-
tos siniestros augurios por-
que La Fiesta como todo lo
que está vivo y palpitante
tiene sus altibajos, sus ba-
ches
…y, concluía
, La Fiesta
sigue…
Y es verdad; La
Fiesta sigue, pero en el
momento actual vientos
huracanados arrecian in-
tentando derruir los pila-
res que la sustentan y,
de paso, ¡hasta nuestras
ilusiones!
Por todo ello debemos
de seguir a la brega con
ilusión, trasmitiendo
nuestros conocimientos y
entusiasmo para que
cualquier persona apetezca “saberes taurinos´”, especial-
mente en un momento como el actual.
Evoco los versos de Rudyard Kipling:
Lucha, pues por
más que tengas/ En la brega, que sufrir/ Cuando todo
está peor/ Más tenemos que insistir.
¡Insistamos! como
insistió y luchó, ¡todo un
ejemplo a seguir!, el
gran Victorino Martín,
recientemente fallecido,
que fue capaz de emo-
cionarnos con sus to-
ros; “los Vitorinos”. Pu-
reza, bravura, fiereza e
integridad fueron, y son,
su divisa, por ello fue ca-
paz, en un momento de-
licado, de dinamizar la
Fiesta. ¡Gracias Victori-
no! D.E.P.
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DESDE EL CALLEJO
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