El fin era la investigación de cada profesional de for-
ma científica y después analizar y comparar resulta-
dos.
–Tú eres también una sensitiva. ¿Qué dife-
rencia hay entre una sensitiva y una mé-
d i um?
–Hay una diferencia de salto cualitativo. Una sensitiva
es una persona que puede percibir acontecimientos
lejanos en el espacio o en el tiempo sin utilizar los
cinco sentidos tradicionales. La médium percibe algo
distinto que ha ocurrido o va a ocurrir, que percibe
también personas que están en el más allá, y no en el
más acá. Es decir en otra dimensión.
–Hay personas que prefieren no pensar en
ello porque dicen que les agobia y les da
miedo estar rodeadas de espíritus que ven
en todo momento lo que hacen.
–!Ay qué miedo, ay qué miedo! Vamos a ver, la perso-
na que dice eso ¿piensa de verdad que es tan impor-
tante como para ser el centro de observación de los
espíritus? Eso no tiene mucho sentido que digamos.
–Y cómo fue tu entrada en el grupo Hepta,
p o rque es dificilísimo ser incluida en un gru-
po tan estricto.
–El padre Pilón nos conocía a todos y formó el gru-
po escogiendo a siete. Como teníamos que tener un
nombre a mí se me ocurrió el de Hepta basándome
en el número que éramos.
–¿Pe ro cómo te conoció?
–Recién llegada de Guatemala estaba en pleno auge
las caras de Belmez y yo quería verlas como fuera.
Entonces me llamaron de Radio Nacional para parti-
cipar en un magazine en el que intervenían también
Argumosa y el padre Pilón.Yo tenía que hablar sobre
los viajes astrales y tenía claro que debía
hacer algo especial para impresionarlos y
poder entablar una relación, porque yo era
una desconocida y no iban a fijarse en mi.
Lo que hice fue relajarme mucho la noche
anterior y hacer un viaje astral para entrar
en el despacho de Argumosa. Era un des-
pacho normal, de estilo clásico en el que
no había nada especial. Lo único que me lla-
mó la atención fue una estatuilla preciosa
de bronce completamente verde por el
óxido. La sesión transcurrió normal y no
me hacían ni caso.Yo veía que me tenía que
ir y no pasaba nada que me llevase a tener
una relación con ellos, de manera que me
dirigí a Argumosa y le dije que la noche an-
terior había estado en su despacho en un
viaje astral. Se sonrieron sin creerme pero
el padre Pilón me preguntó qué había vis-
to. Siguieron sonriendo mientras lo explicaba hasta
que llegué a la pequeña estatua. Argumosa entonces
me dijo que era imposible que la hubiera visto antes
porque se la habían llevado el día anterior de Carta-
gena y la habían encontrado en una excavación marí-
tima, de ahí su color. El padre Pilón se echó a reír y
me invitó a ir a Belmez y a partir de ahí tuvimos una
gran amistad. Tuve que arriesgar y me salió bien.
–¿En qué consiste eso del viaje astral?
– Pues que por medio de un estado total y absoluto
de relajación y de tranquilidad mental, el cuerpo as-
tral, que es uno de los siete cuerpos que tenemos, se
escapa del cuerpo físico y viajas donde tú quieras. Hay
que hacerlo sin miedo ninguno y dejarte ir. La verdad
es que es dificilísimo conseguirlo. Aunque a veces los
hacemos durmiendo y pensamos que soñamos.
–¿Todas podemos ser brujas?
– Todos, en mayor o menor medida tenemos esas ca-
pacidades. Unos de manera intensa y otros en muy
poca cantidad. Como cualquier otra actividad de la vi-
da. Como sucede con la música o las matemáticas o
la natación.....
– Y por último ¿Qué características, qué con-
diciones tiene que tener un brujo?
– Son cuatro, lo primero debe querer serlo, tener in-
tención de ello. En segundo lugar es saber, porque si
no sabes cómo por mucho que lo desees no lo con-
seguirás. La tercera es osar, atreverse a ejercitarlo. Y
la cuarta, que es la más difícil, callar.
– ¿Crees que en algún momento llegará a
saberse como y por qué se producen estos
f enómeno s ?
–
En un futuro será la ciencia la que explique lo pa-
ranormal.
■
●
21
Pliegos de Rebotica
201
6
●
