de los planetas…” Palabras esenciales y claves,
suficientes para reafirmar su postura estética y
vital.
4
En un texto de Ancia, el poeta vuelve a insistir
sobre la tarea del creador y cómo la vida debe
situarse por encima de cualquier otra finalidad:
“Porque escribir es viento fugitivo,/ y publicar,
columna arrinconada. /Digo vivir, vivir a pulso,
airada-/ Mente morir, citar desde el
estribo…/”, y nos ofrece la voz del hombre
profundamente preocupado por el destino del
ser-creador, ese bardo que lleva a sus
espaladas todo poeta verdadero.
La tarea de Blas de Otero
es siempre una
preocupación que
enlaza, desde las
raíces de su vivir,
con el hombre, ese
ser en el que él
cree y que ha visto
sentirse en el dolor,
con el corazón
roto,
con la espalda acribillada por el tormento. “He
visto y creído”, dice en un poema
especialmente doloroso, y en ese ver ha
situado su mirada en la grave y terrible verdad,
y porque lo ha comprendido, ha podido creer
( como un apóstol más de la vivencia pasional
del silencio y la muerte).
5
“Pido la paz y la palabra” se convirtió en un
emblemático título donde el poeta se
construye una realidad poética, formal e
íntima, sacudida por la urgencia del hombre
frente a sus circunstancias.
Sí, le queda ante todo la palabra, lo que es
incuestionable, lo que nadie puede llevarse
desde la verdad más honda de su existir
comprometido. Blas de Otero se rige por la
sensación primigenia de defender lo
irrenunciable, lo que nada ni nadie podrá jamás
arrebatarle porque forma parte esencial de
todo cuanto desarrolla en su existir, no sin
dificultades, en una España cubierta de
carencias, persecuciones, tétrico ser frente a la
palabra salvadora, comprometida y
formalmente tenaz.
Es preciso reconocer en Blas de Otero a una
de las voces que más se asentaron en la
resistencia de la dictadura de Franco. Él supo
estar a la altura de las circunstancias, y
sobrevolar el fantasma de la censura, de la
prohibición y del hombre perseguido. Exilio.
Soledad. Aislamiento, serán palabas que
constituyen su credo poético, su estética del
dolor y de la lucha.
Hoy es Blas de Otero un poeta recuperado
para la supervivencia de los creadores con
mayúscula. Sus libros y su estética perduran
como espejo donde nos miramos para
reconocernos en la belleza y en la verdadera
poesía.
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Pliegos de Rebotica
´2016
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