Barcelonesa de la Real Academia de Farmacia de Madrid,
origen de la que posteriormente fue la Real Academia de
Farmacia de Barcelona (de Cataluña desde 1992).
El 16 de mayo de 1955, del Ayuntamiento de
Barcelona cedió el local de la antigua farmacia del
Hospital de la Santa Cruz como sede de esta Real
Academia de Farmacia, Este lugar conserva hoy con gran
esmero, tanto el espacio como el mobiliario y recipientes
de la parte más noble de la antigua botica hospitalaria. En
su interior se expone una notable estantería con
armarios de alrededor del 1800, con una colección de
botes de apotecario de diferentes estilos y épocas y cajas
de madera del siglo XVIII, con decoraciones doradas y
policromadas, para guardar drogas vegetales.
El museo Cusí de Farmacia es el exponente de la
vocación museística de un farmacéutico, Joaquim Cusí
Fortunet. Fue cedido esta Academia en 1997. El núcleo
central que da personalidad a este museo es la farmacia
de la abadía benedictina de Santa María la Real de Nájera
que data de la segunda mitad del siglo XVIII.
El resto de Academias de Farmacia fueron fundadas a
imagen y semejanza de la Nacional, en todas ellas se
recogen en sus estatutos, la conservación y custodia de
fondos relacionados con la profesión farmacéutica.Todas
están realizando acciones importantes para la
recuperación y puesta en valor de la herencia de nuestro
pasado.
Academia de Farmacia «Reino de Aragón»
Después del intento frustrado en 1932 de la creación
de la Academia, no es hasta setenta años después. el
Gobierno de Aragón aprobaba por el decreto en julio de
2008, la creación de la Academia de Farmacia «Reino de
Aragón» y sus Estatutos.
La farmacia del Hospital de Nuestra Señora de
Gracia ha sido durante siglos la más prestigiosa de las de
su género en Aragón y en ella trabajaron buena parte de
los farmacéuticos mejor preparados en las distintas
épocas de su larga historia:
Preservar y dar a conocer a la sociedad el legado
farmacéutico aragonés es uno de los objetivos de la
Academia de Farmacia “Reino de Aragón” en busca
de mostrar una panorámica de la actividad
profesional y científica de los farmacéuticos en el
siglo XIX y principios del XX, además de cumplir los
estatutos de la Academia aragonesa. de convertir en
futuro museo y sede.
Además de la farmacia decimonónica del Hospital
Real de Nuestra Señora de Gracia, también formará
parte del futuro Museo, la antigua farmacia de los
Hermanos Ríos reubicada en un local anexo a dicha
farmacia en 1992.
El Museo también exhibirá todo el material recogido
por el Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza, para la
elaboración, conservación y dispensación de
medicamentos a los largo de los dos últimos siglos, como
por ejemplo: botes, orzas, redomas, vasos brocales, cajas
de madera, morteros, balanzas, pildoreros, prensas,
dosificadores, encapsuladores, polarímetros, lupas… y un
sinfín de elementos más, indispensables para la profesión.
En la conferencia de inauguración del curso
académico del año 2015 de la Academia de Farmacia
“Reino de Aragón” a cargo de Andrés I. se mostraron
las ideas para la creación del futuro del Museo de
Farmacia de Aragón y a su vez la sede de dicha
Academia.
La actual farmacia Hospital Nuestra Señora
de Gracia de Zaragoza
Desde hace más de un siglo la estancia principal de la
farmacia del Hospital Real Nuestra Señora de Gracia de
Zaragoza ha mantenido el mismo aspecto que cuando se
reestructuró en 1881, (década de 1930). Dicha estancia
es una larga sala rectangular de 5.2 metros de ancho por
22 metros de larga. El mobiliario está constituido por
cuatro grandes estanterías adosadas a los muros. Las
estanterías y todo el trabajo de ebanistería presentan un
diseño común que obedece al gusto ecléctico de finales
del siglo XIX a base de arquillos lobulados, piñas
pinjantes, bandas de zig-zag, flores de lis esquemáticas y
cresterías caladas. Es decir motivos formales en los que
menudean referencias al estilo renacentista aragonés.
Un último detalle que queda por señalar es relativo a
la decoración pictórica del techo. pintado a base de
casetones, imitando ilusoriamente a un sencillo
artesonado de madera.
Cabe destacar que existen dos conjuntos distintos de
tarros, a los que denominaremos, para distinguirlos, como
Botamen I y Botamen II.
El Botamen I consta de 210 piezas, de loza fina de
pasta blanca y miden 29 cm de altura por 13 cm de
diámetro en la base. Su estado de conservación es en
general bastante bueno, aunque hay 18 cuya tapa no es la
original. Están decorados con varias bandas doradas, tres
mas gruesas en la base y en el inicio de la boca del tarro
y en la base de la tapa y otras dos bandas finas en las
molduras que terminan en el pie, una última banda
decora el asidero de la tapa. El motivo decorativo central
PREMIOS AEFLA 2015
12
●
Pliegos de Rebotica
´2016
●
Posible acceso por el patio interior
(Bellosta y Ansodi)
Diseño de la sala de actos
(Bellosta y Ansodi)
Plano del futuro museo
(Bellosta y Ansodi)
