conocimiento de toda la sociedad. Es el sitio más
idóneo para realizar esta tarea, para ser el lugar donde
seguir exponiendo y recuperando el riquísimo legado
farmacéutico aragonés y que sea custodiado y
ampliado en el futuro por la Academia de Farmacia
“Reino de Aragón”.
En este futuro Museo intentaremos mostrar una
panorámica de la actividad profesional y científica de los
farmacéuticos en el siglo XIX y principios del XX, en una
época en que, como se ha apuntado, la revolución
industrial modificaría, como en otras tantas disciplinas, la
estética y la dinámica del mundo farmacéutico.
Constituirá el Museo una colección del utillaje
farmacéutico cuya finalidad es el medicamento, es decir,
para la consecución del bienestar de la persona, para la
lucha contra la enfermedad. El material que se expondrá
irá desde la elaboración, la conservación y la propia
dispensación del medicamento, hasta los útiles para el
análisis, colección de simples vegetales, especialidades
farmacéuticas, publicidad, libros y obra gráfica relacionada
con la farmacia.
Debe ser ideado como un museo dinámico y abierto,
dónde el visitante encontrara un sitio para la historia de
la evolución de una importante tarea humana: el arte de
preparar medicamentos, y que al mismo tiempo
trascenderá la pura evocación y tratará "más de ideas
que de objetos".“Captar sensaciones de lo que hemos
perdido es una advertencia, pero también una manera de
recordar lo fantástico que ha sido el mundo que estamos
empezando a olvidar. Se trata de utilizar la ciencia y la
historia para evocar lo vibrante que fue el mundo de la
Farmacia”.
Un acercamiento a la idea de adaptar este lugar a
sitio expositivo pueden ser los diseños gráficos
elaborados por Antonio Bellosta y Alejandro Ansodi, de
la firma APOTHEKA, que se muestran en los gráficos
1,2y3 . Representan las ideas desarrolladas de lo que será
el futuro museo y distintas proyecciones del proyecto.
Trataremos de mostrar la evolución que ha sufrido el
medicamento en los últimos siglos, sustituyendo los
productos naturales por los químicos y las formulas
magistrales por las especialidades farmacéuticas.
Pero sabemos que para la creación de un museo de
Farmacia requiere los mismos pasos que para las
cristalizaciones: tiempo, espacio, reposo y presión.
El tiempo es imprescindible, pues no se improvisa en
un día.
El espacio también lo es, pues si no hay el suficiente
para montarlo no se logrará nada positivo
El reposo quiere decir en este caso actividad: un equipo
de personas que trabajen sobre ideas claras.
Y por ultimo la presión a los diferentes niveles de
toma de decisión especialmente profesional, política y
económica.
Pero vamos a hacer una pequeña descripción de lo
que pudiera ser un futuro Museo de Farmacia que
además fuera sede de la Academia de Farmacia “Reino de
Aragón”. Basándonos otros museos de Farmacia abiertos
en distintos lugares de España y el extranjero, el Museo
de de la Farmacia Hispana, la Real Botica, el Museo de
Farmacia de Sevilla, y los de Lisboa, Heidelberg, Cracovia
etc. Nuestro Museo puede dividirse en las siguientes
secciones:
✑
Farmacias históricas.
✑
Laboratorios con instrumentos y aparatos.
✑
Farmacognosia y plantas medicinales.
✑
Bellas Artes. y bibliografía.
Y por supuesto ser depositario de la memoria de
ilustres farmacéuticos, además de contar con Auditorio, y
oficinas anexas para el funcionamiento del Museo y la
Academia.
El Museo tratará de constituirse en una de las más
completas colecciones de objetos relacionados con la
práctica de la actividad farmacéutica y el medicamento
en Aragón. Por supuesto se exponen las dos boticas
históricas, además en el resto las instalaciones
museográficas se expondrían los fondos del Colegio de
Farmacéuticos de Zaragoza, compuestos por lo que fue
el material de trabajo utilizado en la elaboración,
conservación y dispensación de medicamentos a lo largo
de los dos últimos siglos.
A modo de epílogo
El conocimiento del patrimonio comporta una
valorización de las sociedades del pasado por parte de
la sociedad actual. Conocer y respetar el patrimonio
implica también una educación en valores. El
conocimiento del patrimonio cultural no constituye un
fin en sí mismo, más bien es un medio que se puede
utilizar para incidir en las formas y en las
características de las relaciones sociales.Y es aquí
donde es necesario una didáctica del patrimonio para
hacerlo comprensible, darle sentido y aprovechar su
potencial educativo.
Se podía terminar con las palabras del profesor
Puerto Sarmiento: “nuestro patrimonio histórico es,
antes que nada, el testigo de nuestra huella en la
Historia, por tanto debemos preservarlo. Una
profesión sin historia se desmembra y el Patrimonio es
testigo de la Historia. Su preservación es tan vital
como la propia profesión.Al conservarlo, nos
conservamos y desde esta posición de fuerza seremos
capaces de vivir un presente más pleno con un futuro
más esperanzador”.
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14
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´2016
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