Revista Farmacéuticos - Nº 121 - Abril-Junio 2015 - page 28

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esde el Museo de Historia de la
Farmacia de Sevilla, queremos que
vea la luz una fracción del diario
del boticario decimonónico que
encontramos mientras
trabajábamos en el proceso de inventariado de
las piezas, en una de las mesas albergadas en el
Museo que perteneció a una farmacia ya extinta
de la capital andaluza, cuyo primer titular fue,
según podemos atestiguar con sus manuscritos
don Emiliano González Sanguesa.
Hemos decidido rescatar este fragmento por
haberlo hallado de verdadero interés, ya que es
un tema que, habiendo pasado más de cien años
desde que fue escrito, resulta ser de innegable
actualidad.
Las siguientes líneas corresponden al boticario
don Emiliano, el cual reflejó sus dudas y
carencias sobre sus conocimientos en
Homeopatía.
Una vez más me hallo aquí sentado en mi
rebotica, estudiando aplicadamente los apuntes
que he ido rescatando tras adentrarme durante
varias semanas en un edificio histórico en el
corazón de Sevilla, la Biblioteca de la Real
Academia de Medicina y Cirugía.
Decidí profundizar sobre un tema en el que me
encuentro, no me importa admitirlo,
hondamente confundido ante una terapéutica
que, desde hace unas décadas, nos viene desde
los extranjeros países europeos. Esta rama de la
Medicina, la Homeopatía, llegó a España en el
primer tercio del siglo XIX. Sé que, en 1821,
apareció la primera noticia
sobre este método en
la revista
Décadas
Médico–Quirúrgicas y
Farmacéuticas
de
Madrid y que, en 1826, se publicó un artículo
sobre Homeopatía en el
Diario General de
Ciencias Médicas
de Barcelona.
Esta doctrina comenzó en Europa a raíz de Samuel
Christian Friedrich Hahnemann (1755 – 1843),
médico llegado de Alemania que aseguraba que el
principio hipocrático que “los contrarios u
opuestos son los remedios de sus opuestos” era la
base real y autentica para curar las enfermedades.
Estos Profesores llamados homeopatistas
luchaban, y sospecho que lucharán, ante las
críticas de los médicos alopatistas [sic], los
cuales aseguran que es imposible esta forma de
curar basada en el “similia similibus curantur”,
señalando que la composición química de sus
gránulos no se ajusta a los cánones
establecidos. Empero, esta nueva concepción
está alejada de los preceptos galénicos que han
influenciado a la Medicina
1
desde siglo atrás, por
lo tanto no se le pueden exigir los mismos
requerimientos.
Rocío Ruiz Altaba
Antonio Ramos Carrillo
Homeopatía
esa ¿injusta? desconocida
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Pliegos de Rebotica
´2015
1
Archivo de la RAMSE. "Serie: Intrusismo: Denuncias, Autos,
Expedientes, Oficios", Signatura: 3.1.87 "Expediente contra Prudencio
Querol por expedir medicinas. Año 1851."
Samuel Hahnemann, fundador de la homeopatía.
"Similia similibus curentur"
(lo similar cura lo similar)
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