Revista Farmacéuticos - Nº 121 - Abril-Junio 2015 - page 34

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o Ddos sabemos que en el mundo
antiguo, eran corrientes los
sacrificios humanos a los dioses, si
se quería obtener un gran favor o
la victoria en la lucha contra el
enemigo. Pero vayamos por partes. Uno de
los primeros pueblos de los que tenemos
noticias ciertas sobre este asunto, es de los
fenicios.
Fueron los fenicios del Mediterráneo oriental
los que fundaron Cartago, hacia el 814 a. C. y
la llamaron la “Nueva Ciudad”. La fundaron en
el mismo centro del Mediterráneo,
controlando toda la tierra fértil de su entorno
y consiguiendo, en los siglos IV y III a. C. un
gran imperio, así como asentamientos en la
costa norteafricana y posesiones en Sicilia,
Cerdeña y España. Pero estas ambiciones
territoriales de Cartago consiguieron su
enfrentamiento con la potencia dominante en
aquella época: ¡Roma! La lucha se decidió en
las guerras púnicas y en el año 146 a. C.,
Roma humilló y destruyó totalmente a
Cartago.
Pero centrémonos en las deidades de los
fenicios. Estaban dominadas por el dios Baal,
una divinidad un tanto aterradora y lejana.
Era el señor de los cielos, de
las cumbres, de las
montañas, de las llanuras
fértiles… ¡de todo el
universo!. Junto a él su
esposa Tanit, a quien algunos
consideraban “
el rostro de
Baal, o el reflejo de Baal
”.
Diosa también de los cielos
y por lo tanto de la lluvia,
tan necesaria para la
agricultura y más en
aquellos tiempos. Pero
ante todo y sobre todo,
era la protectora de la
ciudad de Cartago.
Ambos pedían y recibían
sacrificios humanos,
como era lo corriente
entonces. Sin embargo este
“encantador” matrimonio de
dioses, decidió que querían “tiernas
criaturitas”; aunque ya entonces
algunos niños se sacrificaban al dios
Moloch en su “vientre de fuego”.
Pero se organizaron “orgías
sagradas” y “tostones sacrosantos”.
Ningún pueblo aportó en tal grado la
satisfacción de los instintos licenciosos
y crueles, con tan áspero y frío
furor
”.
Los sacrificios se llevaban a cabo en
espacios sagrados descubiertos que llamaban
“tofet”. Consistía en un espacio de unos
6000 m2 cercado por unos muros. Este
término de “tofet”, es utilizado en la Biblia
para referirse, precisamente, al lugar donde
los fenicios sacrificaban a los niños
(Jeremias). El “tofet” encontrado más
importante es el de Cartago, con muchos
cientos de miles de inscripciones y que fue
descubierto en 1921. Al principio les ofrecían
a los dioses los niños que nacían muertos,
pero me imagino que los dioses debieron
indignarse tomándolo como una burla y
castigándolos con una gran crisis militar o
económica, lo que aumentó en gran manera
este sacrificio de niños. Desde el
siglo IV a. C. en adelante, la
costumbre era, en los
enterramientos de las urnas
con los huesos calcinados de
los niños, poner una estela
con una inscripción en honor
a Baal junto con el nombre
de la persona que hacía la
dedicatoria.
¿Pero por qué sacrificaban
niños? En realidad no
sabemos nada
concretamente. Todo son
suposiciones y las hay
para todos los gustos. Hay
quien opina, que entre la
elite cartaginesa, sacrificar a
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M. GARCíA PIÑUELA
Pliegos de Rebotica
´2015
RELATOS
El dios Baal
y su esposa Tanit
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