–¿La libertad existe?
–El concepto de libertad es muy amplio y ha sido y
es manipulado, pero lo que entendemos
comúnmente por libertad es indudable que existe,
aunque no siempre y no para todos.Ya dijo Don
Quijote que “por la libertad se puede y debe
aventurar la vida”.Y Cervantes, su creador, sabía de
eso.
–¿Reza?
–Claro. Deberíamos ponernos de acuerdo en qué
entiende cada uno por “rezar”
más allá
de la definición
del catecismo del padre Ripalda. Si se trata de recurrir a
una fuerza todopoderosa que pensamos en otra
dimensión, a la que muchas personas en el mundo
llamamos Dios desde credos distintos, es evidente que
alguna vez todos los seres humanos “rezan”.
–¿Ha entrado alguna vez en el Paraíso?
Recuerdo al Borges de “Poema de los dones”:“Yo que
me figuraba el Paraíso / bajo la especie de una
biblioteca”. Ese es el Paraíso en el que he entrado y no
alguna vez, muchas, muchas veces.
–¿Y por qué salió de él?
–Procuro no salir de ese Paraíso y así, como en los
cuartetos de Quevedo:“Retirado en la paz de estos
desiertos, / con pocos pero doctos libros juntos, / vivo
en conversación con los difuntos, / y escucho, con mis
ojos, a los muertos. / Si no siempre entendidos, siempre
abiertos, / o enmiendan o secundan mis asuntos, / y en
músicos callados contrapuntos / al sueño de la vida
hablan despiertos”.
–¿Qué piensa del
más allá
?
–Si la pregunta se refiere a la vida eterna tras la muerte,
con la recompensa o el castigo, de las religiones
monoteístas, creer o no en el más allá es una cuestión
de fe.Tengo altibajos en esa fe.
–¿Y de la magia?
–Me ha interesado la magia como divertimento, como
ejercicio de ingenio, como habilidad engañosa, y lo
mágico como imprevisto positivo y poderoso, como
elemento literario… El poema es magia. El resto de las
acepciones de magia o planteamientos mágicos no me
han producido hasta ahora gran interés.
–Y finalmente ¿Hasta dónde se puede llegar
por amor?
–No es posible adelantar a la experiencia una respuesta
rigurosa. Nadie conoce, salvo si acudimos a
especulaciones inútiles por aventuradas, hasta dónde
llegaría por amor, porque el sentimiento amoroso puede
ser ilimitado en sus formulaciones y actos; por ello
también en su hipotética desembocadura. Hay quien ha
matado por amor, quien se ha quitado la vida por amor,
quien ha afrontado retos, aventuras, riesgos… por amor.
La literatura es pródiga en ejemplos nada ficticios,
extraídos de la existencia humana. Entiendo el amor,
cuando lo es, como serenidad compartida sin más
sobresaltos que los de su propia efervescencia.Y, en su
caso, obviamente, por el ser amado llegaría al sacrificio, a
las respuestas vitales que fuesen necesarias y que no se
pueden enunciar de antemano porque sería un mero
ejercicio de adivinación.
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Pliegos de Rebotica
´2014
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HABLANDO ENTRE AMIGOS
