Revista Farmacéuticos - Nº 119 - Octubre-Diciembre 2014 - page 34

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reo que es una osadía por mi parte
hablaros a vosotros de la alquimia. Como
quien dice de vuestros lejanos
antecesores. Pero es un tema tan
interesante…
Para empezar, la alquimia no es una ciencia ni un
arte; es un conjunto de teorías sin base científica la
mayoría de las veces, muy filosóficas, con un misticismo
ocultista casi siempre y apoyadas en experimentos y
fenómenos naturales, con un montón de reglas
envueltas en símbolos cabalísticos.
Para algunos, el origen de la alquimia se deduce de
ciertos pasajes oscuros de la Biblia, concretamente de
un versículo del Génesis que cuenta que:
“Los hijos de
Dios viendo que las hijas de los hombres eran bellas, las
tomaron por mujeres, de cuya unión nació una raza de
gigantes, cuya impiedad fue causa del diluvio
”. Según
cuentan, estos ángeles revelaron a las mujeres los
secretos de la naturaleza y a causa de ello fueron
arrojados del cielo. Zósimo, el más antiguo escritor
alquimista, cuenta también esto mismo.
El origen filosófico de la alquimia es un tanto
oscuro y debe buscarse en las teorías de los filósofos
griegos y en los sueños místicos de los agnósticos,
teniendo su raíz practica en los métodos metalúrgicos
e industriales del antiguo Egipto. La Alquimia era ya
conocida en Mesopotamia, Egipto, Persia, India, China,
Grecia, Roma, el Imperio Islámico y por ultimo en
Europa, gracias al florecimiento de las ciencias y las
artes en Al-Andalus, en tiempos de la Edad Media. Fue
a través de los árabes cuando la alquimia toma su
forma definitiva llegando así hasta nosotros. Hay que
tener en cuenta que el Coran contempla el
conocimiento como una forma de aproximarse a Ala.
Por el contrario para la Iglesia, la alquimia no era bien
vista, lo que no quita que fuera una actividad común
entre los clérigos, como Roger Bacon o Santo Tomas
de Aquino, que escribieron algunos experimentos para
obtener oro y hasta ¡la creación de un hombre
mecánico!
Los árabes empezaron llamándola “Khemeia”, hasta
convertirse en “al-Kimiya”. Pero fue en Europa donde
se la denomino,“Alquimia”. Los árabes la conocían
también como “la ciencia de la llave” porque abría los
misterios de la creación, de la fisiología y la medicina.
Era a través de la manipulación de productos
químicos y orgánicos que buscaban la transmutación de
los metales en oro. Consideraban así mismo que la
materia estaba compuesta de cuatro elementos: tierra,
aire, agua y fuego.
Parece ser que el alquimista árabe más celebre de
aquella época fue Jabir ibn-Hayyan (llamado también
Geber) allá en los finales del 700 después d. C.Al
buen Jabir se le ocurrió destilar vinagre y terminó, no
se como, obteniendo el acido más corrosivo
conocido por los antiguos: el acido acético fuerte y
preparó el acido nítrico débil ... ¡que resulto ser
mucho más corrosivo todavía. Pero Jabir es más
conocido por sus estudios sobre la transmutación de
los metales. Creía que el mercurio era el metal por
excelencia; primero porque al ser liquido tenía un
mínimo de material terroso. Por otro lado estaba el
azufre que era combustible y de color amarillo como
el oro. Pensaba que solo había que encontrar algún
material que facilitase la mezcla de ambos para
obtener ¡oro! El sueño de la humanidad desde el
principio, cuando descubrió que con el oro se podía
conseguir poder y riqueza.Y en eso estamos todavía
en este siglo XXI. Pero ahora a lo fácil: ¡robando y
estafando¡ ¿Y que le vamos a hacer? El ser humano
no cambia así como así.
La alquimia occidental está relacionada con el
hermetismo, un sistema filosófico que tiene sus
raíces en Hermes y Timegisto (que nombrecito eh?)
una deidad sincrética y un legendario alquimista que
influyeron en el nacimiento de los Rosacruz,
movimiento esotérico del siglo XVII.
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M. GARCíA PIÑUELA
Pliegos de Rebotica
´2014
RELATOS
Estracto de "La alquimia de Flamel", de Denys Molinier. Siglo XVIII.
La alquimia
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