contra la autoridad del estado no
debía ser perdonada y mucho menos
glorificada.
B. Marcotegui, autora de un
documentado estudio (
El
tratamiento historiográfico de San
Hermenegildo
, 2003), considera,
como conclusión general, que “está
clara la doble repercusión de la
rebelión: parece que el santo se
levantó por razones religiosas, lo
cual tuvo inevitables consecuencias políticas. De
hecho, San Hermenegildo demostró tener gran
audacia: probablemente se aprovechó de la situación
propensa a la rebelión de la Bética para alzarse en
estas tierras y defender la verdadera religión, frente a
las pretensiones unionistas y herejes de su padre, sin
que le importara contar con la ayuda de rebeldes a la
corona o de pueblos enemigos".
Respecto al silencio de San Isidoro, el juicio de J.
Orlandis (
Época visigoda, 409-711
, Gredos, 1987)
ilumina el debate: “El silencio o la reticencia de las
fuentes visigodas en torno a Hermenegildo se
entienden mejor cuando se considera que estos
historiadores escribieron sus obras en las primeras
décadas de la época visigodo-católica. La unidad
religiosa se había logrado ya, por la conversión al
catolicismo de Recaredo y de los godos arrianos. En
este nuevo contexto parece patente que razones de
alta política impedían en España presentar a
Hermenegildo –según hacían los ‘Diálogos’ de
Gregorio Magno- como precursor en la fe de su
hermano Recaredo, que había permanecido siempre
fiel a Leovigildo y de éste había heredado la corona;
(…). Ésta fue seguramente la razón de que San
Isidoro, en su
Historia Gothorum
pase como sobre
ascuas en lo referente a las luchas entre Hermenegildo
y su padre, (…). Ésta parece ser también la causa del
silencio, todavía más llamativo en torno a
Hermenegildo en el Concilio III de Toledo, pese a que
la solemne homilía ante la gran asamblea la
pronunció San Leandro, que había convertido y
bautizado en Sevilla a Hermenegildo y gestionado
luego en Constantinopla la ayuda del Imperio”.
La tradición cristiana sostiene que su conversión fue
sincera puesto que no vaciló en perder sus privilegios
principescos e incluso, como sucedió, la vida en
defensa de su fe. En 1991, O. García de la Fuente
publicó una muy interesante revisión, titulada
Leovigildo, Hermenegildo, Recaredo y Leandro en los
‘Dialogi’ de Gregorio Magno
, con ocasión del XIV
Centenario del III Concilio de Toledo (1989). Autor
que, después de analizar pormenorizadamente el
contenido de la obra más famosa del papa Gregorio,
compuesta entre los años 593 y 594, llega la siguiente
conclusión general:
“Como puede verse, las fuentes
españolas, representadas por Juan
de Biclaro e Isidoro de Sevilla, y
la fuente que utiliza Gregorio de
Tours, omiten todo lo relativo al
martirio de San Hermenegildo,
sin duda porque esas fuentes
desaprobaron la actuación
política del propio Hermenegildo,
considerándole ante todo como
un revoltoso y uno de los que se
rebeló contra su padre. Gregorio
Magno, en cambio, se fija sólo en
la entereza del rey prisionero, que
acepta la muerte violenta que le
infligen antes que renunciar a la verdadera fe. De
nuevo tenemos aquí, en la biografía de Hermenegildo,
dos historias incompletas, parcialmente deformadas,
según el punto de vista de cada uno de los autores que
la transmiten; pero que entre ambas nos dan una
visión completa del personaje, que fue, sin duda un
rebelde a su padre y también excesivamente
ambicioso, como dicen Juan de Biclaro, Isidoro de
Sevilla y Gregorio de Tours; pero que en el momento
de verse perdido no dudó en arrostrar la muerte,
decretada por su padre, antes de renegar de su fe
católica, como dice Gregorio Magno”.
El culto a Hermenegildo aparece en el Martirologio
de Floro que toma su elogio del papa Gregorio y lo
sitúa en el 13 de abril, Sábado Santo del 585, año en
que se supone tuvo lugar su muerte. A lo largo del
siglo XII se conmemoró la fiesta en España. Más
tarde, a petición del rey Felipe II, Sixto V decretó su
canonización en el milésimo aniversario de su
martirio (1585). Fernando VII creó en 1815, en honor
del santo, una Real Orden Militar. Junto a San
Fernando, San Hermenegildo, es santo patrono de la
monarquía española.
■
P
de Rebotica
LIEGOS
29
Apoteosis de san
Hermenegildo (h. 1620)
Óleo sobre lienzo de gran tamaño
Francisco de Herrera el Viejo
(Sevilla, 1576-Madrid, 1656)
Museo de Bellas Artes (Sevilla)
Grabado clásico
de Leovigildo y
Hermenegildo