decimos que el
cuerpo humano
presenta
simetría
s,
al comprobar que si
establecemos ciertos centros,
ejes o planos, nuestros órganos,
extremidades, etc., se disponen ordenadamente de
acuerdo con dichos elementos de
simetría
.
Expresado en términos matemáticos, una simetría
es una transformación que, aplicada a las
ecuaciones que describen una teoría o un
fenómeno, hace que sigan siendo iguales, es decir,
invariantes
. Por poner un ejemplo, si usted tiene
una baldosa blanca cuadrada y la hace girar un
cuarto de vuelta sobre su centro, comprobará que
la baldosa sigue ofreciendo el mismo aspecto; por
tanto, girar un cuarto de vuelta una baldosa blanca
cuadrada es una
transformación invariante
. Para
que luego digan que los pequeños gestos no tienen
importancia.
Sin duda, el concepto de
simetría
ha ayudado
mucho a la hora de entender qué sucede
por ahí
abajo
, en lo más profundo de la materia (también
lo ha hecho
por ahí arriba
, en el cosmos
profundo). Pero esta cuestión tiene un alto
contenido filosófico; muy bien podría ocurrir que
existan asimetrías fundamentales intrínsecas en las
leyes de la naturaleza y que las simetrías que
creemos ver sean características solo aproximadas.
Ya sabe que nuestro cerebro está
empeñado en encontrar
pautas regulares y
explicaciones lógicas
incluso cuando no las
hay, como ocurre cuando recordamos
los sueños al despertar.
¿Acaso toda la ciencia podría ser víctima de nuestra
manía de encajar la realidad en el estrecho casillero
que hemos construido a nuestra conveniencia?
Sinceramente, no lo sé. Pero, sea como fuere, en la
práctica la simetría tiende a ser más bien una
construcción humana que nos permite comprender
la realidad de una forma más asequible. Es más
fácil recordar algo simétrico que algo que no lo es,
sobre todo porque nuestra memoria suele funcionar
a base de asociar observación e interpretación. Es
más practicable abstraer una idea general que
recordar todos los datos específicos; es metabólica
y funcionalmente mucho más eficiente acordarnos
del concepto de árbol que recordar todos los
árboles que hemos visto a lo largo de toda nuestra
vida.
Cuando analizamos en profundidad los objetos,
prácticamente nunca existe una simetría perfecta.
Desde el punto de vista antrópico, la supuesta
simetría de nuestro cuerpo es solo aparente;
ninguno de los órganos y lugares parejos (ojos,
riñones, fosas nasales, brazos, manos, piernas,
pies, rodillas, testículos, ovarios, oídos, piezas
dentales, hemisferios cerebrales, etc.) son
idénticos
en tamaño, peso o forma. Una asimetría que es
también funcional, ya que nos hace zurdos o
diestros en proporciones muy diferentes –11% vs.
89%– y más frecuentemente en los varones que
en las mujeres –el 13% vs. 9%–; la
misma asimetría que nos haría morir de
hambre en un mundo donde nuestras
fuentes de alimentación –vegetales o
animales– solo contuvieran
aminoácidos dextrógiros, ya que
nosotros solo somos capaces de
utilizar los levógiros.
Ya sabe, si tiene previsto
colonizar próximamente
algún nuevo planeta,
llévese la merienda de
casa… por si la
simetría le juega una
mala pasada.
■
P
de Rebotica
LIEGOS
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LA REALIDAD BAJO LA ALFOMBRA